El error muy común que cometes al guardar los huevos en la nevera y que pone en riesgo tu salud

Los huevos son uno de los alimentos más básicos y elementales de nuestra dieta. A diario comemos huevos ya sean fritos con patatas, cocidos en ensalada, revueltos con setas, etc.

Hay muchas formas de comerlos, aunque antes de consumirlos los debemos guardar en la nevera para que se mantengan en buenas condiciones.

A la hora de colocarlos, existe la falsa creencia de que se deben colocar en la parte alta de la puerta de la nevera –de hecho, muchas neveras traen sus hueveras en esta zona–.

Sin embargo, los expertos en seguridad alimentaria lo desaconsejan, ya que es la zona de la nevera que sufre más cambios de temperatura cuando se abre la nevera.

La recomendación es colocarlos en el fondo de las baldas centrales del frigorífico. Se deben colocar en su embalaje original colocados con la punta más fina hacia abajo.

Consumir huevos en buen estado es crucial para asegurar que se aprovechen sus beneficios sin riesgos para la salud.

No conservar los huevos en un correcto estado puede resultar muy peligroso para la salud, ya que consumir huevos en mal estado tiene graves riesgos.

Beneficios de los huevos

Los huevos son una excelente fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales esenciales.

Contienen todos los aminoácidos esenciales, así como vitaminas A, D, E, B12, y minerales como el hierro, zinc y selenio. Además, los huevos son ricos en colina, un nutriente vital para el desarrollo del cerebro y la función hepática.

Peligros de comer huevos en mal estado

Pese a sus beneficios, comer huevos en mal estado puede llevar a intoxicaciones alimentarias, siendo la salmonelosis una de las infecciones más comunes.

La bacteria Salmonella puede estar presente en los huevos contaminados, y consumirlos puede causar síntomas como fiebre, diarrea, vómitos y dolores abdominales, que pueden ser graves, especialmente en niños, ancianos y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

Para asegurar que los huevos estén en buen estado se deben tener en cuenta las siguientes cuestiones:

• Fecha de caducidad: Siempre verifica la fecha de caducidad en el empaque antes de comprar o consumir huevos. Esta es una primera indicación de su frescura.
• Almacenamiento adecuado: Guarda los huevos en el fondo del refrigerador a una temperatura constante, preferiblemente en su cartón original, para protegerlos de fluctuaciones de temperatura y contaminaciones cruzadas.
• Prueba de flotación: Un método simple para verificar la frescura de un huevo es la prueba de flotación. Coloca el huevo en un vaso de agua; si se hunde y se queda en el fondo, está fresco. Si flota, es mejor desecharlo, ya que esto indica que ha acumulado gases debido a la descomposición interna.
• Inspección visual y olfativa: Antes de usar, rompe el huevo en un recipiente separado. Observa su color y consistencia; si hay decoloración o un olor desagradable, no lo consumas.

Consumir huevos en buen estado es esencial para aprovechar sus beneficios nutricionales y evitar riesgos de salud.

Al seguir prácticas de almacenamiento adecuadas y verificar su frescura regularmente, puedes asegurarte de que los huevos que consumes sean seguros y saludables.

Incorporar huevos frescos y bien conservados en tu dieta puede ser una excelente manera de obtener nutrientes vitales y apoyar una alimentación equilibrada.