El espionaje a Puigdemont se produjo cuando Marlaska ya era ministro del Interior

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El teléfono de Josep Lluís Alay, jefe de la oficina del expresident Carles Puigdemont, fue espiado con el software Pegasus desde el 11 de octubre de 2019, cuando ya era ministro del Interior el socialista Fernando Grande-Marlaska, y de él se extrajeron como mínimo 3,2 Gigabytes de información. Así consta en un informe de los Mossos d’Esquadra sobre dos de los teléfonos móviles que utilizaba el responsable de gabinete del líder de Junts y que la Policía catalana ya ha entregado al Juzgado de Instrucción número 4 de Barcelona, que investiga la querella presentada por Alay por el espionaje con este software que comercializa la empresa israelí NSO, en principio solo a gobiernos. Alay, una de las personas de mayor confianza de Puigdemont, figura entre las decenas de independentistas que el laboratorio canadiense Citizen Lab reveló que habían sido espiados con Pegasus, lo que dio pie a que se presentaran múltiples querellas que se investigan en distintos juzgados de la capital catalana.

La reacción del expresident no se hizo esperar tras desvelarse esta información. “No fue Elon Musk, ni Donald Trump, ni Twitter . Quien ha manipulado durante años y quien ha sacado jugo han sido políticos convencionales, policías convencionales, jueces convencionales y medios de comunicación convencionales. Todos españoles y muy españoles”, tuiteó Puigdemont en la red social X. Acto seguido, el presidente de Junts remitió a las recientes palabras de Salvador Illa sobre Musk acerca de que no se puede dejar la democracia en manos de multimillonarios tecnológicos aliados de la ultraderecha. “La pregunta que debemos hacerle es si le parece bien, en cambio, que esté en manos de la ultraderecha policial y judicial que infecta nuestros teléfonos, espía ilegalmente y manipula informaciones para embadurnar la reputación de personas honorables y limpias como Josep lluís Alay”, le interpeló al actual president del Ejecutivo catalán.

Puigdemont aprovechó además para recordar que el dictador Francisco Franco murió hace apenas 50 años , aunque puntualizó que “ la praxis que permitió que muriera como jefe de Estado y no destituido por una revuelta democrática sigue intacta”.

Análisis de los móviles

En la investigación abierta sobre el caso de Alay, el juzgado ordenó a los Mossos analizar los teléfonos móviles que le fueron incautados con motivo de su detención en octubre de 2020, en el marco del caso Volhov de presunto desvío de fondos al procés, terminales que habían permanecido en manos de la Guardia Civil.

El informe solo ha hallado rastro de infección con el software Pegasus en uno de los móviles intervenidos, un iPhone 8, que fue espiado entre el 11 de octubre de 2019 y el 25 de junio de 2020 y, posteriormente, a partir del 29 de junio de 2020. Para entonces, Marlaska ya ejercía su responsabilidad en el Ministerio del Interior, en concreto desde el 7 de junio de 2018.

Durante esas fechas, añaden los Mossos en su pericial, las infecciones permitieron extraer un mínimo de 3,2 Gigabytes de información, sin que se haya podido determinar el destino de esos datos.

Con este son ya varios los informes periciales de la Policía catalana que han confirmado el espionaje con Pegasus destapado por Citizen Lab en los móviles de varios políticos independentistas, ente ellos el expresident Pere Aragonès o exdiputados de la CUP. El informe no precisa si las escuchas estaban avaladas por el juez del Supremo responsable del control de las acciones del CNI.

En el caso de Aragonès, el informe aportado por los agentes al juzgado corrobora que tuvo el móvil infectado con Pegasus entre julio de 2018 y marzo de 2020, fechas que irían más allá del periodo en que el espionaje del CNI contaba con cobertura judicial, aunque el informe no determina quién podría estar detrás de los ataques.