Los aniversarios del Estatuto de Gernika suelen ser agridulces para el PNV, que no celebra la efeméride para no hacer exaltación de una ley incumplida por los sucesivos gobiernos españoles. El Estado todavía tiene que transferir 29 competencias a las instituciones vascas, y se siguen produciendo conflictos por la aprobación de leyes estatales en materias que gestiona la comunidad autónoma. Pero este año, al menos por el flanco de las transferencias, los jeltzales comienzan a ver la luz al final del túnel. El lehendakari Pradales ha encarrilado con el presidente Sánchez la convocatoria de la Comisión Permanente de Transferencias a finales de octubre, con el objetivo de abordar las 29 competencias que aún tiene que gestionar la comunidad autónoma. Con ello, se va a producir una coincidencia simbólica en el calendario: la primera reunión de este foro llegará precisamente en torno a las fechas en las que se cumplirán 45 años del Estatuto de Gernika, desde que el 25 de octubre de 1979 la ciudadanía vasca lo ratificó en referéndum.
En estos 45 años, este foro no se ha convocado ni una sola vez, a pesar de que el propio Estatuto lo contempla en su disposición transitoria segunda. De ella se desprende que los firmantes de esa ley imaginaban un proceso para completar el autogobierno mucho más ágil y rápido de lo que ha sido en realidad. Esa disposición establecía que “una Comisión Mixta, integrada por igual número de representantes del Gobierno vasco y del Gobierno del Estado, reunida en el plazo máximo de un mes, a partir de la constitución de aquel, establecerá las normas conforme a las que se transferirán a la comunidad autónoma las competencias que le corresponden en virtud del presente Estatuto, y los medios personales y materiales necesarios para el pleno ejercicio de las mismas, llevando a cabo las oportunas transferencias”.
La Comisión Permanente es, de hecho, el órgano en el que se tiene que perfilar el calendario y la metodología para que las instituciones vascas asuman en su integridad el fondo competencial que les corresponde. De ahí tiene que salir un plan de trabajo claro. Es lo que marca la diferencia con respecto a la Comisión Mixta de Transferencias que ha venido operando todos estos años, y que solo se reúne para firmar los acuerdos que ya hayan alcanzado los grupos técnicos de ambos gobiernos sobre competencias muy concretas. Es un órgano ratificatorio, no un foro que aborde todo el Estatuto en general. Solía reunirse, además, por criterios de oportunidad política del Gobierno español de turno, cuando le apretaba su minoría parlamentaria y necesitaba los votos del PNV para salvar unos Presupuestos o evitar un adelanto electoral.
La Permanente, como su propio nombre indica, tiene un carácter estable para que la negociación sea más fluida. El día concreto aún está por cerrar pero, en torno al aniversario del Estatuto, ambos gobiernos abordarán un plan de trabajo donde el lehendakari Pradales ya ha hecho su propia propuesta, que recoge ocho transferencias en lo que queda de año, y abordar la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, puertos y aeropuertos a principios del que viene. El ministro Ángel Víctor Torres evitó enfriar estos plazos en público o matizar el recorrido que puede tener esta propuesta.
Cerrar la carpeta
El valor de la convocatoria es histórico para los jeltzales. Además, la comisión llega en un momento en el que se van a retomar las conversaciones entre partidos para alumbrar un nuevo pacto de autogobierno que supere al Estatuto de Gernika. Por tanto, el cumplimiento del vigente facilita que se pueda abrir esa nueva carpeta, para solucionar otros debates como el reconocimiento nacional y el blindaje de las competencias.
Pero, por ahora, no se lanzan las campanas al vuelo con las competencias. A nadie se le escapa que esta comisión se convoca porque aparece recogida en el acuerdo que firmaron los socialistas con el PNV a cambio de su respaldo a la investidura de Pedro Sánchez como presidente español. Ahí se recogía el traspaso de todas las materias pendientes en dos años (en noviembre se habrá consumido ya la mitad de ese tiempo, porque se cumplirá un año desde la firma del pacto de investidura), y la convocatoria de la Comisión Permanente para organizar todo el proceso. De ahí que el grado de cumplimiento vaya a depender en gran medida del nivel de estabilidad que tenga el Gobierno de Pedro Sánchez y del recorrido de su legislatura.
Con Pradales y Sánchez
La fecha escogida tiene una segunda derivada. Hace unos días, cuando Sánchez activó su ronda con los presidentes autonómicos y se supo que iba a mantener una segunda cita con Imanol Pradales en tan solo tres meses de mandato del lehendakari, fuentes de La Moncloa no se atrevían a confirmar que fuera a producirse una tercera en el marco de la Comisión Permanente de octubre. Pero ahora que la comisión tendrá lugar a finales de ese mes, dando cierto margen a Sánchez para cumplir varios compromisos internacionales, parece factible que este compromiso se mantenga. La parte vasca nunca lo quiso poner en duda. Fuentes de Lehendakaritza consultadas por este periódico el pasado viernes tras el encuentro en La Moncloa confirmaban que la reunión de la Permanente implica la presencia de los dos mandatarios, de Pradales y Sánchez.
Ángel Víctor Torres y Maria Ubarretxena, tras la reunión mantenida antes de las vacaciones
En paralelo, la consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, mantiene sus contactos con el equipo del ministro Torres y el secretario de Estado Arcadi España. El Gobierno español ha deslizado que no solo está muy avanzado el traspaso de la gestión del litoral, sino también el salvamento marítimo.