Política

"El Estatuto no solo no se ha cumplido, sino que ha sufrido una erosión"

Larrazabal es una de las personas que mejor conoce los vericuetos políticos y jurídicos del Estatuto de Gernika desde su génesis y hasta sus estertores
Santiago Larrazabal Basañez. / Deia

El profesor de Derecho Constitucional por la Universidad de Deusto repasa en esta conversación el itinerario, incompleto, del Estatuto de Gernika y proyecta el modelo estatutario que habría de sucederle.

¿Qué ha supuesto el Estatuto de Gernika en estos 45 años?

Ha supuesto un gran paso adelante en la historia de nuestro autogobierno y, al mismo tiempo, una decepción. Un gran paso adelante, porque nos ha permitido disponer de un marco jurídico-político común y dotarnos de un amplísimo sistema de autogobierno con un buen sistema de financiación, asegurado por el Concierto Económico, lo que ha traído un gran bienestar al País. Y, al mismo tiempo, una decepción porque, después de 45 años, no sólo sigue sin cumplirse en su totalidad, sino que además ha sufrido un proceso de “erosión” en algunos campos de nuestro autogobierno que creíamos ya asegurados.

Es el estatuto más antiguo en el Estado, pero también el más incumplido. ¿Por qué no ha podido completarse?

Teniendo en cuenta que, en medio de unas dificilísimas circunstancias que se dieron en los primeros tiempos de la transición, hay que reconocer que el Estado intentó dar una salida al secular deseo de autogobierno del Pueblo Vasco. El Estatuto de Gernika fue hijo de su época y supuso un hito. Pero enseguida afloraron los temores por parte de significativos estamentos del Estado acerca de si se había ido demasiado lejos en el proceso y se paralizó su desarrollo. 

Aparte de las transferencias pendientes, ¿le falta algo?

Creo que lo que realmente falta, además de transferencias concretas es, sobre todo, creer en una auténtica negociación bilateral para cumplirlo en su totalidad. Necesitamos un cambio de mentalidad: no se trata de mercadear con transferencias a cambio de votos, se trata de cumplir un pacto político, recogido en la norma jurídica institucional básica de Euskadi, que es, al mismo tiempo, una ley orgánica del Estado español, que forma parte del bloque de constitucionalidad. ¿Cómo es posible que un Estado de Derecho no termine de cumplir sus propias normas, tras 45 años? Es inaudito e inaceptable.

Una vez cerrado el Estatuto de Gernika, ¿qué cubrirá su hueco?, ¿será una reforma estatutaria o un nuevo texto fruto de un nuevo pacto?

Debería ser un pacto sincero entre las dos partes, que renueve y amplíe el autogobierno, para adaptarlo a los nuevos tiempos, aceptable para la mayoría de las fuerzas políticas e instituciones vascas, pero también para una amplia mayoría de fuerzas políticas e instituciones del Estado. Si consiguiésemos esto, ya encontraríamos después el camino para darle forma jurídica, como reforma del actual o como nuevo texto. 

¿Deberá recoger las nuevas realidades que han surgido y su integración en Europa?

Sin duda. Necesitamos un Estatuto Vasco del siglo XXI. Y deberíamos conseguir que el Estatuto sea un referente para todos, por sus niveles de consenso interno y con el Estado, por sus niveles de autogobierno y por cómo ese autogobierno atiende a las necesidades reales de la gente y no se queda sólo en un texto programático, con una mirada novedosa al encaje del estatus de Euskadi en el Estado y en la UE. Una especie de triple acuerdo o de triple “concierto”: económico, político y social. 

¿Hay algo que pueda impedir que el nuevo texto incluya la posibilidad real de un Concierto político ?

Sí, la miopía de quienes no sean conscientes de que los pactos duraderos se basan en la buena fe de las dos partes: ninguna de ellas puede imponerse a la otra. Es la lección que nos enseña nuestra foralidad. Si queremos extender un modelo pactado de éxito como el Concierto Económico a otros ámbitos, deberemos diseñar un modelo que asegure que su negociación, desarrollo y garantía posterior no pueda quedar a merced de la voluntad preponderante de una de las partes. Se trata de encontrar un camino aceptable por el Pueblo Vasco, que sea al mismo tiempo creativamente compatible con el marco constitucional español y con el marco jurídico europeo. Si hay voluntad real de acuerdo, estoy convencido de que, entre todos, seremos capaces de encontrar ese camino. 

26/10/2024