El estudio de arquitectura que dirige Izaskun Larzabal, responsable de la remodelación del estadio de Anoeta, será el encargado de reformar el estadio de Son Moix, donde juega sus partidos como local el RCD Mallorca, según ha anunciado el Diario de Mallorca.
El objetivo que afronta el proyecto es muy similar al que Larzabal tuvo que abordar en Donostia, ya que Son Moix es un estadio con pistas de atletismo que el consejo de administración mallorquín se propone suprimir.
Buena parte de las líneas principales del proyecto recuerdan a la reforma de Anoeta, que aún tiene pendiente culminar sus exteriores tras entrar en funcionamiento al comienzo de la temporada 2019/2020. En el caso de Son Moix, donde la grada se encuentra a 42 metros del terreno de juego en los fondos y a 25 metros en los laterales, pasará a estar a 8,5 metros. Además, la segunda grada lateral del campo contará con cubierta, en lugar de solo la primera como sucede hoy.
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— Real Mallorca (@RCD_Mallorca) December 31, 2021
Las obras, cuyo presupuesto asciende a unos 21 millones, arrancarán a lo largo de este recién estrenado 2022 y se espera que estén concluidas en 2024.
Entrevista con Izaskun Larzabal: "Anoeta lo tiene fácil para ampliar el aforo hasta 42.000 o 44.000"
Al igual que ocurre con Son Moix, que relevó al Lluís Sitjar en 1999, las obras de reforma del estadio y su conversión en campo de fútbol eran deseadas por gran parte de la parroquia realista desde que se esfumaron los vapores de la inauguración de Anoeta, en 1993. Desde entonces y casi cinco lustros después, la afición realista ha reclamado una reforma que terminó de ver la luz hace dos años y que le ha valido al estudio de Larzabal el Prix Versailles 2020 de los deportes, por delante de campos como el Tottenham Hotspur Stadium y el Puskás Aréna de Budapest.