Las clases de cerámica de cuando tenía 8 años marcaron mucho a Sylvia Porto, tanto que todavía recuerda cómo fue aprendiendo aquella técnica. Ella entonces no lo sabía, pero ese recuerdo sería lo que le haría abrir su propio estudio de arte y diseño 45 años después. Y es que lo que esas clases significaron para ella, es lo que da hoy nombre a su negocio: Huellas. “Aquellas clases dejaron huella en mí y le puse ese nombre al estudio porque a medida que uno va por la vida va dejando rastro y quiero que mi estudio deje cosas bonitas en los corazones de mis alumnas y alumnos y que ellos y ellas a la vez vayan dejando huellas en las personas ¿Cómo? Con los proyectos que vienen a hacer”, confiesa
El local está situado en la calle principal de Garínoain, algo poco habitual en una localidad de apenas 500 habitantes, ya que la finalidad de Huellas es fomentar la creatividad a través de diferentes formatos y experiencias artísticas. “Aquí vi una necesidad, porque yo siempre estoy buscando hacer cosas nuevas y casi siempre tengo que ir a Pamplona, que queda a 25 minutos de Garínoain. Ahora cada vez más la gente se queda en los pueblos y hablando con los vecinos me dijeron que sería ideal tener un lugar donde disfrutar del arte y las manualidades, algo que no hay aquí”, relata.
Sylvia Margarita Valle Porto, natural de El Salvador, se define a sí misma como madre, esposa y emprendedora, pero su recorrido artístico viene de mucho atrás. Su país natal le dio el amor por el arte y también su formación, ya que allí estudió una licenciatura en Diseño del producto artesanal en la Universidad Doctor José Matías Delgado, era la única en la que se ofertaba diseño del producto en aquel entonces. Al terminar, pasó unos años en Irlanda, donde descubrió el mundo del diseño de tocados, una actividad que ahora ofrece en su negocio. “Además de hacerlos yo, aquí puedes venir a crearlos. Tienes la posibilidad de venir con tu hija a hacer el tocado de su primera comunión y armarlo juntas. La experiencia que viven, escogiendo, diseñando y montando el tocado es muy especial y emocionante para ellas”, cuenta la artista.
Sylvia lleva seis años asentada en Garínoain, una localidad de la Valdorba que la acogido con los brazos abiertos. “Salió la oportunidad de abrir mi propio negocio y así lo hice. Ahora comparto lo que sé con las personas que vienen. Para los vecinos fue una gran sorpresa y algunos todavía no se creen que haya esto aquí”, relata Sylvia y destaca el apoyo que recibe tanto de los vecinos y vecinas como de los Ayuntamientos de Garínoain y Barásoain y de las sociedades.
Según explica, la esencia de Huellas es despertar la creatividad que todas las personas tienen mediante diferentes técnicas artísticas que van desde la acuarela hasta la elaboración de accesorios. “Los niños ya sabemos que tienen creatividad porque todos nacemos con ella pero por algún motivo, con el pasar de los años, la tenemos como dormida por situaciones ajenas a nuestra voluntad”. Por ello, este estudio quiere motivar a personas de todas las edades para que recuperen esa creatividad y puedan trabajarla. “Vino una mujer a traer a su nieta y me dijo que nunca había hecho nada de esto pero al final se animó a pintar. Empezó con miedo porque decía que nunca había hecho manualidades ni cogido un pincel. Al elegir los colores de su obra me dijo que no sabía que era capaz de combinar los colores tan bien. Le dije que ya traía la creatividad, solo que había que incentivarla. Al ver el resultado quedó súper contenta y ahora es cliente habitual”, relata Sylvia.
Este estudio es también un lugar de encuentro entre generaciones donde el arte es el denominador común, creando un espacio donde los usuarios puedan “crear, divertirse y compartir”, asegura la artista. Para ello, el estudio ofrece técnicas diferentes de pintura, color, manualidades en madera y tela, cerámica fría, bisutería y diseño de tocados con diversidad de materiales.
Con el comiendo del curso, Huellas ofrece además actividades extraescolares en las que los escolares podrán aprender del arte a través de temas. “Iremos incentivando la creatividad del niño en base a temas como, por ejemplo, artistas de diferentes lugares del mundo. Creo que es una buena idea para que aprendan de culturas de una forma divertida, no como en clase”, asegura la dueña del estudio.
Ya sea mediante talleres, proyectos, extraescolares o incluso con las “Experiencias Huellas”, este estudio nace de la necesidad de despertar el lado artístico de las personas en un espacio que se ha convertido ya en lugar de encuentro de diferentes generaciones en Garínoain.