En medio del encarecimiento del precio del combustible y las altas temperaturas de este verano, muchos conductores se preguntan qué opción es más eficiente para ahorrar gasolina: ¿usar el aire acondicionado o bajar las ventanillas? El aire acondicionado es una maravilla en los días calurosos, pero su uso puede tener un impacto en el consumo de combustible y es que cuando activamos el aire acondicionado, el motor tiene que trabajar más para mantenerlo en funcionamiento, lo que aumenta el consumo de combustible.
Este gasto extraordinario de combustible se debe a que los sistema de aire utilizan un compresor impulsado por el motor para comprimir el refrigerante gaseoso y enfriar el aire en el condensador y luego en el evaporador, enfriando así el aire interior. Ese compresor consume energía para comprimir el gas, energía – cinética – que se obtiene del propio motor, lo que requiere energía extra del motor y puede aumentar ligeramente el consumo de combustible.
Consumo y compresor
Por lo tanto, el uso del aire acondicionado puede afectar a la eficiencia del vehículo y puede dar la sensación de que el vehículo se vuelve más lento, especialmente en situaciones de conducción intensa o de altas temperaturas. Sin embargo, en los últimos tiempos, mecánicos e ingenieros han procurado mejorar la eficiencia de los sistemas de aire acondicionado, reduciendo su impacto en el rendimiento del motor y el consumo de combustible.
Pese a esto, es difícil determinar con exactitud cuánto consume un sistema de aire acondicionado, porque en realidad depende de muchos factores, como la presencia de un climatizador que regule la intensidad automáticamente, o incluso de sistemas y modos económicos que mantienen a raya el consumo y el rendimiento del climatizador. De la misma manera, los climatizadores también han sido objeto de muchas mejoras en los últimos años, en la obsesión de los fabricantes por reducir los consumos de sus coches. No obstante, es recomendable usar el aire acondicionado de manera consciente y en momentos necesarios para optimizar la eficiencia del vehículo y reducir el consumo de energía.
Aerodinámica y ventana bajada
Por otro lado, la relación entre la aerodinámica del coche y el consumo de gasolina, especialmente cuando se tiene la ventanilla bajada, es un aspecto relevante para los conductores preocupados por ahorrar combustible. Cuando se conduce con la ventanilla bajada, se crea una mayor resistencia aerodinámica debido a la entrada de aire en el interior del coche. Esto provoca turbulencias que afectan negativamente la aerodinámica y generan una mayor resistencia al avance del vehículo. Como resultado, el motor tiene que trabajar más para vencer esta resistencia adicional, lo que aumenta el consumo de gasolina.
A altas velocidades, esta resistencia es más notable, y el gasto adicional de gasolina puede ser similar o incluso mayor que el del aire acondicionado. Sin embargo, el efecto de la aerodinámica a bajas velocidades, por ejemplo en ciudad, no es un factor determinante para el consumo de combustible.
Recirculación del aire
Sin embargo, si quieremos combinar ahorro de combustible y frescor mientras realizamos nuestros desplazamientos, una buena opción puede ser utilizar la recirculación del aire. El equipo de aire acondicionado trabaja a máximo rendimiento si si la diferencia de temperatura entre el habitáculo y el exterior es muy grande, por eso, si activamos la recirculación, el trabajo que tendrá que realizar el compresor será menor y, por lo tanto, ahorrará energía.
Además, al activar esta función, el aire del interior del coche se recicla, evitando que entren partículas externasm lo que puede ser especialmente útil cuando circulamos por zonas con malos olores o altos niveles de contaminación.