Cuando alguien escribe en Google “Quevedo”, el primer resultado ya no es el poeta del Siglo de Oro, sino Pedro Luis Domínguez Quevedo (Madrid, 2001), el artista que en los últimos meses ha revolucionado el panorama musical mundial con su voz ronca, la consagración de 'Quédate' como canción del verano junto a Despechá, de Rosalía, y cierta división de opiniones sobre su figura.
Criado en Las Palmas de Gran Canaria desde los 5 años, el éxito de Quevedo es atípico en muchas cuestiones: no cuenta con una multinacional que le respalde, no tiene ningún álbum publicado, y su repertorio se reduce a una veintena de canciones, muchas de ellas colaboraciones. Sin embargo, junto al DJ y productor Bizarrap (Gonzalo Julián Conde, Buenos Aires, 1998), quien surge hace unos años también bajo el ala de un sello pequeño, Quevedo se ha consagrado como uno de los grandes nombres del panorama urbano tras participar en una de las famosas sesiones del músico argentino, la 52, la que más rápido ha crecido en número de reproducciones, pese a que el DJ también ha sido anfitrión de artistas como Nathy Peluso o Residente, quien aprovechó la sesión para abrir una sonada guerra contra J Balvin.
Su megaéxito con Bizarrap roza ya los 319 millones de reproducciones en Spotify y ha liderado listas como Billboard Global 200, Billboard Global, excluido EE.UU., y Los 40, en España. Pero, antes, su primera gran colaboración internacional pareció surgir de la nada, con Ed Sheeran, y le convirtió en el único artista de habla hispana en colaborar con el británico en el disco con un remix de 2Step.
Así, Quevedo luce ya la medalla de haber sido el artista español que más tiempo ha liderado la lista de Spotify Global (lo mismo puede decir su socio Bizarrap respecto a Argentina), cinco semanas, si bien ya ha bajado al número dos, y es la constatación de que la música urbana “made in Canarias” parece marcar la agenda de la música emergente en este género. Ya lo demostraron con 'Cayó la noche', un tema que acumula más de 175 millones de reproducciones en esa plataforma, y que fue una suerte de puñetazo sobre la mesa de una escuela en auge que cuenta con alumnos aventajados como Cruz Cafuné, Juseph, La Pantera, Abhir Hathi o El Ima, todos del archipiélago.
Y es que el sello que lleva a Quevedo, Taste the Floor, parece conocer la fórmula para convertir lo underground en mainstream, con una cartera llena de producciones de acento canario que beben más bien de ritmos latinos y caribeños, al son del reguetón y el trap, algo alejados de la España peninsular. De hecho, Taste the Floor es también la casa del herreño Don Patricio, que saltó a la fama con su 'Contando lunares', y de otros artistas pioneros en la música urbana española que han salido de las islas, como Bejo y el grupo que este tiene junto al propio Don Patricio y el también canario Uge, denominado Locoplaya.
Quevedo ha protagonizado este verano una gira por los principales eventos y festivales de música urbana en España en la que se encuentra todavía inmerso y que ha servido para abrir un debate al que sus seguidores restan importancia: el uso del autotune y del playback. Quienes le defienden apuntan que Quevedo canta durante buena parte de su set y que es solo cuando llega el turno de su último éxito, Quédate, cuando prefiere dejar el micrófono en el suelo, pinchar la pista y escuchar a las miles de personas vociferar la canción mientras él baila con sus amigos, que suben al escenario. Sobre ello, el propio Quevedo ha bromeado a través de su Instagram y le ha quitado hierro en algunas stories, único medio por el que se comunica con sus seguidores y con el resto del mundo, ya que por el momento no acepta entrevistas.