El hombre fallecido este viernes al precipitarse de un andamio en Berroeta (Baztan), Antonio Maritorena Iturralde, de 67 años, dedicó casi media vida a ser guarda de montes de Quinto Real, de la Mancomunidad del mismo nombre, integrada por los Ayuntamientos de Erro y Baztan. No en vano, trabajó como guarda durante 28 años y se jubiló hace escasamente dos.
Natural de Berroeta, Antonio Maritorena residía en Gartzain (Baztan) junto con su esposa María Eugenia Cenoz. Tenía tres hijos (María Teresa, Josean y Ion) y varios nietos. Precisamente en la casa comprada en Berroeta por uno de ellos, el cual es agente de la Policía Foral, se produjo el fatal accidente durante los trabajos de reforma y reparación.
Amante de la naturaleza y del senderismo, Antonio Maritorena era también muy aficionado a la pelota (solía jugar a pala los sábados con sus amigos) y también era un apasionado de la bicicleta. Junto con uno de sus hijos completó no hace mucho una ruta en bicicleta hasta Finisterre (A Coruña). Sus allegados, totalmente consternados por su fallecimiento, han destacado este viernes que “era una muy buena persona, de gran corazón”.