Los equipos de fútbol suelen tener detalles con sus aficionados más jóvenes, a los que en ocasiones permiten pisar el césped antes de los partidos o posar con los jugadores. Incluso alguna vez les dejan corretear con un balón por el césped y hasta marcar un gol. Es lo que pretendía hacer Énok Varga, un niño de siete años hincha del equipo local, MTK Budapest, en el descanso de un partido de la segunda división húngara disputado este pasado lunes y que enfrentaba a los dos mejores equipos de la categoría.
El MTK Budapest quiso premiar a Varga, que cumplía años ese día, dejándole anotar, ante miles de espectadores, un gol en la portería del equipo rival, que era el Diósgyöri. El niño arrancó desde el centro del campo y todos los jugadores del equipo visitante le dejaron pasar para que llegase hasta la portería. Todos menos el guardameta, Zsombor Senko, que rechazó su inocente disparo. Varga fue a por el balón y lo volvió a intentar, pero el portero detuvo su nuevo lanzamiento, e incluso envió el balón lejos para hacer desistir al niño, que se marchó triste en brazos, y ante los abucheos de la afición del MTK Budapest.
Ese incomprensible doble gesto de Senko quizá puede tener su explicación (que no justificación) en que era un partido que ponía en juego el liderato de la categoría, su equipo se marchó al descanso perdiendo 2-0 y sintiera que el equipo local se estaba burlando de él. No le sirvió de nada esa actitud, al final del partido acabó encajando dos goles más y el Diósgyöri, que cayó por 4-2, perdió el liderato, que pasó precisamente al MTK Budapest.
El vídeo acumula más de 6 millones de visualizaciones en Twitter y la mayoría de los internautas se posicionan con el niño y reprochan al portero su falta de empatía con un chaval que vivía el sueño de su vida.