El fin del verano refleja una caída del pago en efectivo por los turistas españoles

Tras unos meses en los que ha primado el ocio y el descanso, los españoles vuelven a sus obligaciones y rutinas. Con la llegada de septiembre, los chiringuitos y las carteras se vacían y la mayor parte de la población española debe cortar el grifo y limitar sus caprichos. El primer perjudicado es el dinero en efectivo, que durante los meses de verano suele experimentar un alza. Es lógico si se tiene en cuenta que muchos de los negocios y bares de las zonas de costa no permiten pagos digitales.

Además, los españoles en estos meses, tras una temporada de excesos, deben limitar sus ingresos para hacer frente a sus necesidades básicas, como el alquiler o las facturas de la luz y el agua, gastos que a día de hoy se tramitan por domiciliación bancaria. Como consecuencia de estos dos factores, el dinero en efectivo ha sufrido una caída con la finalización del verano, un suceso que ocurre cada año. Sin embargo, pese a que esta caída se perciba más durante los meses de septiembre y octubre, la realidad es que se sigue dando en el resto de meses

Factores como el acceso generalizado a internet y el desarrollo tecnológico han propiciado el auge de otros métodos de pago que ofrecen ciertos beneficios frente al pago en efectivo. Así, las tarjetas de crédito y débito y los monederos digitales son métodos que crecen en popularidad tanto en España como en el resto del mundo. Ya en el año 2021, el 96% de los hogares españoles tenía acceso a internet, según los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística. Además, cerca de 40 millones de personas en España disponen de un smartphone. Como resultado, la inmensa mayoría de entidades bancarias que operan en nuestro país cuentan con una aplicación móvil desde la cual los clientes pueden gestionar sus operaciones y su dinero. Esto facilita enormemente la ejecución de transferencias bancarias, una tarea que antes requería tiempo y desplazamiento. Dicho cambio, y la facilidad que ha permitido, ha convertido a las tarjetas bancarias en el segundo método de pago más popular en los españoles, por detrás del dinero en efectivo.

No obstante, los cambios en los hábitos de pago no acaban aquí. La aparición de Bizum y su integración en las entidades bancarias del país han supuesto una auténtica revolución. A día de hoy, la plataforma cuenta en España con más de 27 millones de usuarios y supera los 2500 millones de operaciones desde su lanzamiento. Mientras que las transferencias bancarias se utilizan predominantemente en pagos grandes, como el del alquiler o el de las facturas; Bizum presenta un mayor uso en el pago de pequeñas compras, donaciones o la división de gastos entre amigos. La facilidad de uso que proporciona, al no necesitar ningún dato bancario para la operación, ha hecho que esta plataforma gane cada día más adeptos, especialmente entre los más jóvenes.

Por este motivo, son cada vez más los comercios que incluyen Bizum entre sus métodos de pago permitidos. Así, cadenas como Inditex, MediaMarkt o Stradivarius han ofrecido recientemente esta posibilidad a sus clientes. No obstante, es más popular su uso en aquellos establecimientos en los que las operaciones financieras forman una parte principal de su modelo de negocio. Es este el caso, por ejemplo, de los casinos, donde no para de crecer la popularidad entre los jugadores de la gestión de fondos a través de Bizum. Un dato relevante que lo podemos contrastar con el aumento de páginas especializadas en el pago con Bizum en industrias como el juego online, así se puede comprobar en time2play.com/es/casinos/pagos/bizum/, donde expertos en pagos online para juego en línea, listan todos los casinos online que ofrecen dicho método de pago.

Así, es de esperar que el dinero en efectivo continúe la tendencia a la baja que ha experimentado en los últimos años, y no únicamente durante los meses de verano. La comodidad, la facilidad de uso y el ahorro de tiempo que proporcionan las plataformas digitales existentes a día de hoy sin duda son beneficios muy valorados por la sociedad. Por ello, los negocios que todavía se resisten a incluir estos métodos de pago no tendrán más remedio que ceder para hacer frente a la competencia.