El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó este miércoles un informe en que recomienda a los países europeos abandonar las políticas destinadas a subsidiar el coste de la energía a nivel general y a centrarse en cambio en ayudar únicamente a los más pobres.
Según el ente financiero internacional, lo previsible es que el precio de la energía siga elevado en el futuro a medio plazo, ante lo que sugiere que Europa debe adaptarse a pagar un precio más alto por combustibles fósiles y abandonar medidas genéricas como subsidios, rebajas fiscales y controles de precio.
Este tipo de ajustes, dictados por distintos gobiernos europeos en los pasados meses, únicamente retrasan la necesidad de ajustarse al impacto de la subida de precios y reducen los incentivos de los hogares y empresas para conservar energía y mejorar la eficiencia.
Demanda global más elevada
Además, contribuyen a mantener la demanda global más elevada de lo que debería ser en condiciones normales de mercado.
"Los gobiernos no pueden prevenir la pérdida en ingresos nacionales reales a consecuencia de este impacto. Deberían permitir que la totalidad del aumento en el coste de los combustibles pase a los usuarios para animar a conservar energía y a abandonar los combustibles fósiles", indicó el FMI.
En cambio, el ente que dirige Kristalina Georgieva propone centrarse solo en ayudar a los más pobres, que son los que más sufren las consecuencias del aumento de precios de la energía.
En lo relativo a las ayudas a las empresas, el organismo financiero internacional sostiene que en general no es algo que esté justificado, y que solo debe hacerse si una subida temporal de los precios causaría que empresas viables fuesen a la bancarrota.
Así, podría hacerse por ejemplo en el escenario de un cierre total en Europa del gas natural proveniente de Rusia en que los países se viesen obligados a racionar su suministro a la industria.