El Alavés tiene ante sí la posibilidad de redimirse cuanto antes de la contundente derrota sufrida en Burgos. El ajetreado calendario de la categoría de plata no concede ningún respiro y el Glorioso afronta ahora una semana con doble partido en la que recibirá este miércoles al Albacete en Mendizorroza y viajará el sábado a Andorra para medirse con el cuadro dirigido por Eder Sarabia. Sendos rivales que por méritos propios figuran entre las sensaciones más positivas de Segunda División desde que la temporada arrancó hace casi dos meses.
La carga de minutos que sufrirán los futbolistas albiazules será mucho más alta que en las anteriores semanas, lo que pondrá a prueba el fondo de armario del que dispone Luis García. El técnico, que en numerosas ocasiones ha recalcado que la plantilla es corta en cuanto al número de efectivos, se ve por primera vez en la tesitura de exprimir al máximo su polivalente bloque para olvidar la derrota de El Plantío y encauzar el rumbo de un navío que hasta hace unos días se había mantenido imbatido.
El madrileño, que ha mantenido prácticamente el mismo once en los últimos compromisos, advirtió en la rueda de prensa posterior a la derrota ante el Burgos que habría varios cambios en esta frenética semana.
Una agitación más que necesaria en primer lugar para dosificar los esfuerzos de sus pupilos, pero también para reenganchar a la dinámica de la plantilla a otros futbolistas que están asumiendo un papel más secundario. Es el caso de jugadores como Arroyo, Jason, Moya o Rober, que pese a reunir las condiciones necesarias para consolidarse como piezas destacadas en el plantel babazorro no han dispuesto aún de las oportunidades deseadas debido a la tremenda competitividad que muestran los titulares, que hasta la fecha han sido prácticamente inamovibles sobre el tapete.
Ahora bien, aunque la diferencia entre los teóricamente titulares y el banquillo pueda ser algo notoria, la realidad es que todas las posiciones están dobladas en cuanto al número de jugadores. En el caso del lateral izquierdo, por ejemplo. Duarte tuvo que abandonar el partido ante el Burgos con unas evidentes molestias en la cadera y ahora Javi López puede reemplazar al almeriense con sobriedad.
En el centro de la zaga, el canterano Abqar se ha destapado como un central de garantías. Al espigado marroquí le pueden acompañar tanto Sedlar como Maras mientras Laguardia podrá hacer lo propio dentro de unas semanas cuando adquiera el tono físico ideal.
Tenaglia se ha convertido, por méritos propios, en el amo del lateral derecho y la semana de doble partido puede ser el momento idóneo para conceder la alternativa a Arroyo, que apenas se ha dejado sentir en estos dos primeros meses de campeonato.
La sala de máquinas, mientras tanto, es la zona en la que el trío formado por Benavídez, Salva Sevilla y Guridi ofrece ese salto de calidad respecto a los otros equipos aspirantes a luchar por el ascenso. Sin embargo, no hay que olvidar que Moya cuajó una buena temporada en Primera y que Rober puede convertirse en ese futbolista capaz de aportar algo de clarividencia y desequilibrio en los metros finales.
Y en la vanguardia es donde Luis García cuenta con futbolistas de perfiles que pueden ser muy beneficiosos para los intereses gasteiztarras. Rioja, Alkain y De la Fuente podrían tener algún respiro teniendo en cuenta que jugadores hasta la fecha secundarios como Jason, Abde o Hara se encuentran en la recámara aguardando pacientemente su oportunidad de salir de inicio.
Por primera vez desde el arranque liguero, el Alavés se halla ante la oportunidad de recuperar para la causa a varios futbolistas que no han gozado del protagonismo deseado en este arranque de competición. En una carrera de fondo como es la Segunda División, está claro que se necesita mucho más que un potente once inicial de cara a la consecución del ansiado ascenso.