El fundador de la malograda plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, ha pedido disculpas a sus empleados en una carta en la que asegura que hará todo lo posible para que las cosas vuelvan a ser como antes.
"Me siento profundamente arrepentido de lo que ocurrió. Siento todo lo que os ha pasado y lo que le ha pasado a los clientes", escribió Bankman-Fried en un texto reproducido por la web de criptomonedas CoinDesk y otros medios especializados.
FTX se declaró en quiebra el pasado 11 de noviembre y este martes los nuevos gestores de la compañía comparecieron por primera vez ante el tribunal de bancarrotas del estado de Delaware (EE.UU.) para comenzar el proceso de reestructuración.
Los abogados de la nueva directiva y su actual responsable, John Ray, sostienen que una "cantidad sustancial" de los activos de la compañía podrían haber sido robados o están desaparecidos.
Los nuevos gestores también han denunciado que la empresa tenía una "ausencia total de controles corporativos" y una falta de "información financiera fiable".
La plataforma, que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares, podría tener más de un millón de acreedores en todo el mundo. Hasta ahora, la compañía ha admitido que debe más de 3.000 millones de dólares a sus 50 principales acreedores.
Sin embargo, en la carta a sus empleados, a quienes califica de "familia", Bankman-Fried responsabiliza de la quiebra en parte a la masiva venta de criptomonedas que se produjo a principios de año.
Para el fundador de la empresa, esa venta redujo a la mitad la garantía de FTX, de unos 30.000 millones de dólares.
Llegados esta situación, explica Bankman-Fried, la venta de criptomonedas continuó, combinada con una restricción crediticia y una "huida del banco", lo que redujo la garantía a 9.000 millones antes de que FTX se declarara en quiebra.
Sin embargo, en la misiva no hace referencia a esa desaparición o robo de activos ni tampoco a las acusaciones de que los fondos de los clientes fueron redirigidos a su firma de inversiones asociada, Alameda.