El español Pablo Marí, jugador propiedad del Arsenal inglés pero cedido en el Monza italiano, acudió este domingo al estadio Brianteo para ver el choque de su equipo ante el Hellas Verona y recibió la ovación de la afición tras ser apuñalado hace poco más de dos semanas.
El valenciano de 29 años fue atacado, mientras compraba con su pareja y con su hijo, por un italiano de 46 años con problemas mentales que apuñaló a otras cinco personas, una de las cuales, un empleado del supermercado Carrefour, falleció mientras era trasladado al hospital.
Es la primera aparición pública del futbolista, que compareció sobre el verde del estadio con un cabestrillo en su brazo izquierdo, secuela del ataque y de la operación a la que fue sometido para reducir el daño muscular causado.
Adriano Galliani, el consejero delegado del Monza, recibió a Marí en el campo, mientras la afición local, que empezaba a ocupar sus asientos, le dedicó una ovación.
Según pudo saber EFE, Marí no podrá volver a los entrenamientos hasta, al menos, dentro de mes y medio, por lo que su proceso de recuperación será durante la pausa por el Mundial de Qatar 2022.
"La operación salió bien y se espera sea dado de alta en dos o tres días" y después "el jugador podrá iniciar un proceso de rehabilitación. Este tipo de lesión muscular suele requerir dos meses de reposo antes de poder retomar la actividad física", se lee en el parte médico enviado a EFE hace ya dos semanas.
El autor del ataque, identificado como Andrea Tombolini y que estaba siendo tratado por problemas mentales, explicó que sintió "envidia", al ver "a toda esa gente feliz", al fiscal que lleva el caso y que ha decretado su internamiento de forma cautelar.
Según los medios locales, el agresor fue detenido gracias a la intervención del exjugador de fútbol Massimo Tarantino, que militó en Bolonia, Inter y Nápoles, que consiguió inmovilizarlo hasta la llegada de la policía.