El futuro de Iñigo Córdoba en el Athletic se decide a varias bandas

Se ha convertido en uno de los futbolistas revelación de la Eredevisie. Iñigo Córdoba (Bilbao, 13 de marzo de 1997) ha dado un salto en la liga de Países Bajos y emerge como la gran referencia del Go Ahead Eagles, un equipo recién llegado a la máxima categoría neerlandesa y en la que prácticamente tiene asegurada la permanencia, ya que, a falta de cinco jornadas para su conclusión, presume de un colchón de 13 puntos sobre la zona de descenso, lo que se entiende como un éxito en la modesta entidad, que también ha hecho historia en la KNVB Beker (la Copa) al llegar hasta semifinales, en las que sucumbió ante el PSV Eindhoven.

Gran parte de estos méritos colectivos los tiene Córdoba, que ejerce como cedido por el Athletic. El bilbaino es su máximo anotador en liga, con una tarjeta de nueve dianas –un cuarto del total grupal de 35– y a la que hay que añadir las tres que ha logrado en el torneo copero, y se ha ganado su condición de héroe para la afición de De Adelaarshorts, un coqueto estadio de casi 10.000 localidades. Córdoba, por tanto, se ha reinventado en el Go Ahead Eagles como un goleador inesperado y se ha reivindicado a los ojos de Marcelino García Toral, que no contó con él desde su llegada al banquillo rojiblanco.

Córdoba, que también jugó como cedido en el Alavés en la segunda vuelta del pasado curso, ha cambiado de chip gracias a su paso por la Eredevisie, aunque a día de hoy no conoce aún su futuro cuando expire la presente campaña. Le toca esperar a los movimientos que se produzcan en los despachos. El Go Ahead Eagles es el que tiene la última palabra, con lo que el Athletic se ha guardado a priori un papel secundario.

Un escenario extraño que se explica en la cláusula que se introdujo en el acuerdo de cesión entre ambos clubes. Córdoba cambió de aires después de ampliar el contrato que tenía firmado con el Athletic hasta el 30 de junio de 2023, pero el documento ofrecía su letra pequeña que desvela ciertos matices. La entidad neerlandesa se guarda la opción unilateral de ejercer la opción de compra del jugador por un coste, en función de ciertas variables, en torno a los 3 millones de euros, y en caso de que no la ejecuta, el bilbaino regresaría a la disciplina rojiblanca para completar, en principio, la pretemporada. Blanco y en botella€

Así reza lo pactado sobre el papel, pero no tiene porque ir a misa. El propio futbolista, que en la última jornada de la Eredivisie hizo gol, asumió el riesgo de aceptar el reto de competir en el Go Ahead Eagles bajo esa cláusula, pero que no es sagrada. Se deduce que el pago de tres millones de euros para un club humilde como el neerlandés es muy complicado de asumir, sobre todo por el equilibrio financiero que se estila por esos lares, y a ello habría que añadir la ficha del bilbaino, que estaría muy por encima de la del resto de sus compañeros. Sin embargo, la visión dineraria no es la prioritaria.

Emerge el deseo de Iñigo Córdoba y este no es otro que regresar a Lezama. Lo subrayó en la entrevista concedida a este diario el pasado 10 de noviembre: "Esto es una inversión de futuro para poder volver al Athletic. Mi objetivo principal es hacer una buena temporada, demostrar el nivel que tengo y poner el foco en regresar a Bilbao. Ojalá pudiera hacer estos números en el Athletic". Córdoba, así las cosas, se muestra a pecho descubierto.

Sus cifras de cara al gol llaman la atención, cuando en sus 96 partidos oficiales como león solo había visto puerta en dos ocasiones. Sin embargo, es un futbolista prácticamente nuevo y así se lo quiere hacer ver al entrenador que ejerza en el Athletic desde julio, sea Marcelino o no. El asturiano, incluso, reconoció los méritos de su expupilo en declaraciones a Radio Nervión dos semanas atrás: "En ese puesto hay varios jugadores como Iker Muniain, que juega ahí; él está jugando en Países Bajos más cerca de la portería rival y a pierna cambiada, donde aquí no repitió actuaciones. Si rinde, él y el Athletic estarán satisfechos".