El futuro sigue siendo el coche eléctrico, pero los fabricantes europeos siguen presionando para estirar los motores de combustión y facilitar una transición algo más tranquila hacia los coches de baterías.
Y de ello depende, en cierta medida, el futuro del Polo, el coche más emblemático de cuantos se ensamblan en Landaben, pero que ya supone algo menos del 30% la producción total. El T-Cross y el Taigo, más caros para el consumidor y algo más rentables para el fabricante, suponen ya tres cuartas partes de la producción total.
El futuro de todos ellos va a depender de en qué momento entre en vigor la normativa Euro 07, que limita muchísimo las emisiones de los vehículos y que la Unión Europea quiere comenzar a aplicar desde el verano de 2025. Los fabricantes, especialmente Volkswagen, el más influyente de todos, desean que esta normativa se retrase dos años, con lo que la producción de coches eléctricos en Landaben podría retrasarse hasta el año 2028. La UE ha fijado además 2035 como el ejercicio en el que dejarían de venderse los coches de combustión.
El relevo en la cúpula del grupo Volkswagen –Oliver Blume sustituyó en verano a Herbert Diess– apunta en la misma dirección. El nuevo CEO de la multinacional mantiene la apuesta por el eléctrico, pero no quiere dar pasos en falso. Así, ha anunciado que se van a revisar todos los proyectos en marcha, incluido el del coche autónomo, donde Volkswagen no se ve en condiciones de competir con Tesla, que no es ajena a sus propias dificultades, como muestran las llamadas a revisión de miles de vehículos y los accidentes conocidos recientemente en China.
El más relevante de todos estos proyectos es el Volkswagen Trinity, un coche neutro en emisiones y que pretende ser uno de los coches tecnológicamente más avanzados con un nivel 4 de conducción autónoma. Volkswagen, sin embargo, se está encontrando con dificultades para desarrollar el software que guía a los coches eléctricos y autónomos, por lo que Blume, según publicaba hace unos días Business Insider, estaría pensando en retrasarlo.