Tras debutar como profesional hace 18 meses en Ordizia, Kato Mendoza aceptó la primera ocasión que se le presentó para pelear por un título. No le importó que fuera en el peso gallo, dos divisiones por encima de la suya, un mosca natural. El púgil colombiano residente en Vitoria-Gasteiz desde hace años. cedía peso de manera consciente. Su rival, el andaluz Alberto Márquez, es más alto, más pesado y con más envergadura.
"Kato está acostumbrado a superar a rivales con más alcance, otra cuestión es el peso. Pero lo valoramos con él y vimos que tenía muchas opciones de victoria", asegura su preparador, el vitoriano Andoni Alonso.
El hermano pequeño de Ignacio Mendoza y mayor de Fran Mendoza se plantó en el cuadrilátero como acostumbra: imperturbable.
"Hicimos una buena preparación. Y planteamos un combate que endureceríamos en la segunda mitad, cuando el cansancio y el trabajo de Kato le pesara a Márquez. Y Kato lo llevó a la práctica a la perfección", detalla Alonso.
Tras los cuatro primeros asaltos, las papeletas de los jueces, que se hicieron públicas al tratarse de un título, daban empate. En el sexto asalto, los crochet de izquierda de Kato se empezaron a dejar sentir en la anatomía de un bravo Márquez. En el séptimo, a pesar de que dos golpes con el codo le habían abierto una ceja, Mendoza dañó a su rival con uppers de derecha. Una combinación sin respuesta llevó al señor Alloza a detener las hostilidades y decretar el KO Técnico a favor del púgil foráneo.
"Supone un premio al trabajo y la dedicación de Kato. Un gran triunfo. Ahora, Kato debe descansar unos días y nosotros enfocarnos a encontrarle buenas oportunidades en peso mosca, donde su pegada realmente diferencial" concluye el técnico del Gimnasio Gasteiz.
Una semana después, Kato ha dejado en tablas la lucha de los Mendoza por los cinturones.