El 34,1% de los ingresos que obtuvieron en 2023 los centros educativos privados de Euskadi, 481 millones de euros, procedieron de las cuotas que abonan los padres de alumnos, un pago que el Gobierno vasco quiere eliminar para que los centros concertados sean gratuitos.
El Instituto Vasco de Estadística (Eustat) ha dado a conocer los datos de gasto y financiación de la enseñanza privada en Euskadi en 2023 y la compara con los de 2021.
Según este estudio, el gasto ese año de los centros privados fue de 1.407 millones y los ingresos se cifraron en 1.410 millones, de los que un 99,3 % correspondieron a ingresos corrientes y el 0,7 % restante a ingresos de capital, es decir por la venta de activos como acciones, inmuebles, etc.
Las subvenciones públicas supusieron el 62,9 % de los ingresos, 1,1 puntos porcentuales menos que en 2021, y la cuotas que pagan los alumnos representaron el 34,1 %. Dentro de estas figuran las de enseñanza (22,7 %) y las de los servicios complementarios (8,9 %).
En conjunto, los ingresos por cuotas ascendieron a 481 millones de euros, de los cuales las cuotas de enseñanza aportaron el 66,6 % del total.
La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, anunció el pasado mes de diciembre que está trabajando con los centros educativos concertados para que cumplan la ley y sean gratuitos, de forma que no cobren cuotas al alumnado, aunque reconoció que podría haber algunos "copagos" en estos centros si están "realmente justificados".
1.407 millones en gastos
En cuanto al gasto, que alcanzó los 1.407 millones en 2023, fue un 15,1 % superior al de 2021, en su mayoría en los centros de niveles previos a la universidad (85 %), mientras que los centros universitarios gastaron un 13 % del total y los dedicados a las enseñanzas artísticas alcanzaron el 2 % restante.
El gasto corriente ascendió a 1.324 millones (+13,8 % respecto a 2021) y el 72 % fue para pagar al personal. Destaca también el aumento respecto a 2021 del gasto tanto en actividades complementarias (+126,8 %) como en servicios complementarios (+44,6 %), que superado los niveles anteriores a la pandemia.
El coste de enseñanza por estudiante fue de 5.585 euros, un 7,3 % más que dos años antes.
En Educación Infantil se situó en 5.221 euros por alumno, en 5.060 euros para la Enseñanza Primaria, 6.129 euros para la Enseñanza Secundaria Obligatoria, 6.042 euros para Bachillerato, 6.169 euros para Formación Profesional y en la Enseñanza para Adultos (EPA) 1.916 euros.
En la Universidad, el gasto por alumno ascendió a 7.950 euros y en las Enseñanzas Artísticas a 1.916 euros.