El gasto sanitario por habitante de Euskadi volverá a ser el más elevado del Estado español con 2.114 euros, (este año eran 1.991 euros). El Departamento con mayor dotación del Gobierno, superará la barrera de los 2.000 euros por cada vasco y vuelve a liderar el gasto sanitario per cápita. Supone además un incremento cercano al 25% con respecto a 2019, la cifra del del último año prepandemia. Esto será posible gracias a que Osakidetza, la encargada de prestar una atención directa a la ciudadanía, contará con un presupuesto de 3.733 millones de euros, un 65% para personal y 117 a inversiones.
Los presupuestos del Departamento de Salud alcanzarán en 2023 los 4.638,9 millones de euros, un 6% (256,9 millones) más con respecto al presupuesto de 2022. Se mantiene así el crecimiento constante registrado en los últimos años: un 5,9% en 2022 respecto a 2021; 4% en 2021 sobre 2020; y 6% en 2020 frente al año anterior. Se trata, nuevamente, del departamento con mayor dotación económica, en línea con el compromiso del Gobierno del Lehendakari Urkullu, que destina tres de cada cuatro euros de sus cuentas a políticas sociales.
Un esfuerzo continuado cuyo objetivo es, en palabras de la Consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en el Parlamento Vasco, "avanzar hacia una salud sin desigualdades, más cercana y al servicio de las personas, a través del impulso de las políticas públicas relacionadas con la salud y el bienestar"
31.000 TRABAJADORES EN PLANTILLA
La atención sanitaria directa a la ciudadanía es la que concentra también en 2023 la mayor parte el crecimiento presupuestario. Así, la dotación destinada a Osakidetza vuelve a crecer, en concreto un 6%, alcanzando la cifra de 3.733 millones de euros.
De esta cifra total, más de dos tercios (65%) se destinan a personal, cuyo gasto asciende desde los 2.264 millones de euros el pasado ejercicio a 2.426 millones en 2023.
Y es que, además, del aumento de 2.467 puestos en Osakidetza, aprobado en octubre por el Gobierno vasco, en la mayor ampliación de plantilla en los últimos veinte años, las cuentas del próximo año prevén otras 919 plazas que situarían la plantilla estructural del Servicio Vasco de Salud en 31.000 personas, tal y como ha adelantado Gotzone Sagardui.
177 MILLONES DE INVERSIONES
El capítulo de nuevas inversiones prevé para el 2023 un montante de 117 millones de euros, que se repartirán del siguiente modo: 38 millones en obras; 34 en instalaciones; 22 en equipamientos; 12 millones en informática y 11 millones provenientes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia para proyectos que implementen la Transformación digital.
Por territorios, en Bizkaia destacan las previstas en el Hospital de Basurto y los centros de salud de Bolueta y San Ignacio (Bilbo), y Zalla.
Por lo que respecta a Gipuzkoa los mayores montantes están previstos para la protonterapia y los centros de salud de Alde Zaharra, Altza y Loiola (Donostia), Tolosaldea, Ordizia, Bergara, Elgoibar y Aretxabaleta.
Asimismo en Araba se contempla la segunda fase del HUA y los centros de salud del Casco Viejo de Vitoria, Laudio y Oion, o la implantación de una nueva ambulancia medicalizada.
MÁS GASTO EN INVESTIGACIÓN
Euskadi destaca por el gasto en materia sanitaria, pero también por su apuesta en los campos de la investigación e innovación. Por ello el presupuesto dedicado a investigación ascenderá a 2,4 millones de euros y crece un 20% respecto al año anterior. Sobre todo destaca el desarrollo e implementación de terapias avanzadas lideradas por los institutos sanitarios (Bioaraba, Biocruces–Bizkaia, Biodonostia y Kronikgune)
La Atención Sociosanitaria se mantiene, con un incremento del 0,8%, teniendo en cuenta que este año, al igual que los anteriores, se ha dedicado un gran esfuerzo a la creación de nuevas plazas sociosanitarias, en colaboración con las diputaciones forales.
El gasto en Farmacia también aumenta un 5,6%, lo que supone 27,6 millones de euros más. Este incremento se debe a la inclusión en la prestación farmacéutica de medicamentos con nuevas indicaciones para tratamientos de patologías de gran prevalencia, lo que supone a su vez extender el acceso a la innovación terapéutica.