El conflicto sobre el gaztetxe de Zestoa podría haber llegado a su fin gracias a un principio de acuerdo alcanzado a tres bandas. El alcalde de la localidad, Mikel Arregi, y el colectivo Zestoako Gazte Asanblada anunciaban, ayer, que las tres partes han llegado a un acuerdo, cuyos términos y detalles están ultimando, por lo que todavía no está firmado. Sin embargo, todas las partes han ratificado algunos compromisos para desbloquear un asunto que en los últimos meses ha enrarecido la paz social en el municipio.
Esos compromisos incluyen que los jóvenes de Zestoako Gazte Asanblada abandonarán el local de la casa Elizondo, propiedad del Obispado, que tienen okupado desde hace 2 años y trasladarán el gaztetxe al espacio que alberga el bar del jubilado, ubicado en la casa de cultura de Zestoa. Al parecer, este local ya cuenta con insonorización y, además, se le realizarán algunas obras para que pueda acoger conciertos de música.
El colectivo ha anunciado que realizará, en los próximos días, una fiesta de despedida del local okupado y que, después, entregarán las llaves "de forma pacífica". A pesar de que valora positivamente este principio de acuerdo, Zestoako Gazte Asanblada recuerda que todavía tiene que hacer frente a los costes judiciales que se elevan a 6.500 euros.
El Obispado, por su parte, se comprometería a ceder el inmueble, okupado ilegalmente, para uso público. Así lo ha explicado el alcalde de Zestoa, Mikel Arregi, en una entrevista en la radio pública vasca Euskadi Irratia, quien ha añadido que esa cesión sería por un periodo de 20 - 25 años "con una opción de compra". El objetivo, según el primer edil, sería abrir "una especie de 'kafe antzoki' en la planta baja" y situar el hogar del jubilado en la planta de arriba.
Largo conflicto
De esta forma, las tres partes obtendrían un beneficio con este principio de acuerdo. Por un lado, los jóvenes tendrían una nueva ubicación para el gaztetxe que, además, contaría con mejores condiciones. Por otro lado, el Obispado recuperaría su local y vería cómo se pone fin de forma pacífica a la okupación. Y, por último, Zestoa ganaría un nuevo espacio para la vida pública del municipio.
Así, con este principio de acuerdo se pretende poner fin a un conflicto que ha afectado a la vida social de Zestoa, con movilizaciones por parte de los jóvenes de Zestoako Gazte Asanblada tan llamativas como la irrupción en la iglesia de Zestoa donde lanzaron billetes falsos al aire mientras el cura impartía la misa del domingo y varias concentraciones frente al Obispado en Donostia y frente a los juzgados de Azpeitia.
El obispado de Gipuzkoa, además, había denunciado esta okupación en tribunales. Tras un primer intento de desalojo que tuvo que ser suspendido, para el 11 de septiembre estaba señalada la ejecución del desalojo forzoso de dicho local.