El Gernika se toma un respiro. La victoria que firmó el domingo en su visita al Alfaro, uno de sus rivales directos por la permanencia y al que supera ya en la tabla, le permite olvidar el tropiezo anterior en Urbieta con el Utebo y darse una nueva alegría después de que siete días antes apeara al Leganés, un equipo de Segunda División, de la Copa. El conjunto foral dio un paso adelante en La Molineta y confirma que se compite más liberado cuando ejerce lejos de su casa. No en vano, el colectivo de Aitor Larrazabal ha sumado como visitante el doble de puntos, ocho, que los cosechados como local, cuatro, una anomalía que no suele ser frecuente a estas alturas de la competición. Los blanquillos, en este sentido, supieron amoldarse a las circunstancias que pedía el partido en Alfaro, según expresó Larrazabal, que se quedó con las buenas sensaciones que ofrecieron sus pupilos en un partido en el que “había que jugar directo porque el campo no permitía más”.
El de Loiu destacó la buena lectura que hizo su equipo. “El grupo ha sido entusiasta y ha estado bien. Ellos han tenido un par de acercamientos antes de que lográramos nuestro primer gol, aunque también Gallastegi ha tenido una que han sacado de la raya”, resumió Larrazabal, que puso el acento en la solvencia de sus hombres tras el 0-1: “A partir del tanto de Gorka (Marcos) hemos tenido el partido controlado, sin sufrir demasiado. Ellos han empujado más, pero hemos cerrado el partido en el descuento”. Una segunda diana que llevó la firma del gambiano Lamin Juwara, cedido por el Lleida y que se convierte en el octavo futbolista del Gernika que ve puerta, por lo que se suma a Giovanni Navarro, autor de cuatro dianas; Martín Bengoa, Antonio Salado, Gorka Marcos, los tres con dos goles; Jon Vega y Josu Gallastegi, con un tanto.
Una buena noticia para el conjunto foral, que el domingo quiere volver a ganar en su duelo ante el UD Logroñés B antes de encarar el derbi de Gobela frente al Arenas.