No hay quinto malo. La máxima bien que la abraza el Gernika. No en vano, el conjunto foral está de enhorabuena, ya que el pasado domingo logró en Zubieta en su visita a la Real Sociedad C la primera victoria del curso en el grupo II de Segunda RFEF después de cuatro intentos anteriores en falso. El primer éxito se ha hecho de rogar y se ha recibido como una liberación en el colectivo dirigido por Aitor Larrazabal, sobre todo cuando el domingo se examina en Urbieta ante el Sestao River, líder en solitario de la categoría. Atrás quedan los empates firmados ante el Atlético Cirbonero y Brea y las dos derrotas consecutivas sufridas frente al Arnedo y Racing Rioja, que habían generado cierto nerviosismo desactivado con la conquista de los tres puntos en Donostia. El propio Larrazabal reconoce que sus pupilos necesitaban como el comer sumar tres puntos de una tacada. “Por juego y por méritos tenía que haber llegado antes, las sensaciones eran buenas y sabíamos que tenía que llegar más pronto que tarde. Quizás acusábamos la presión de no ganar, pero lo hicimos en Zubieta en un partido que llevamos con autoridad y solvencia pese a lo ajustado del marcador”, reflexiona en declaraciones a DEIA el de Loiu, que reconoce que hasta el duelo de Zubieta su equipo había fallado “en la definición”. “Creamos muchas ocasiones y, como ejemplo, en Arnedo sacamos 22 centros a su área y nos marcan ellos en el minuto 85. Perdonamos y el rival acierta en una o en dos ocasiones que tienen”, matiza.
Larrazabal no cree que los malos resultados en las cuatro jornadas inaugurales hubieran ocasionado en el entorno una llamativa alarma y subraya que siempre ha confiado en la credibilidad del plantel, uno de los más jóvenes de la categoría. “La preocupación ha sido la justa, porque ves cómo entrenan los chavales, la fe que tienen”, expresa, para poner el acento en la liberación que supuso el triunfo ante el filial realista, porque “los tres puntos eran importantes para la autoestima de los jugadores, además del alivio de que marcaran dos delanteros –el canario Giovanni y Josu Gallastegi–, que viven de ello”, momento en que defiende la idea de juego del Gernika: “Es un equipo alegre, con un juego asociativo, que no es fácil de ver en estas categorías, que quiere hacer un fútbol diferente con gente joven y que en momentos quizá paguemos esa inexperiencia, teniendo en cuenta que tenemos nueve futbolistas sub’23”, al mismo tiempo que destaca la igualdad que detecta en el grupo: “Hay más igualdad que el curso pasado, hay una competencia brutal, además de que los equipos que han subido de Tercera pudiera parecer que son una perita en dulce, pero nada más lejos de la realidad”.
Derbi con el Sestao
El técnico del conjunto foral pone ya el foco en el apasionante derbi del próximo domingo en Urbieta, desde las 18.00 horas, ante el Sestao River, el líder incuestionable y máximo favorito al ascenso a Primera RFEF, según estima el mismo Larrazabal, que presenció in situ el choque de la última jornada en Las Llanas entre el equipo verdinegro y el Arenas, saldado con la victoria del primero. “Indudablemente es el gran favorito, tiene un equipazo, una gran plantilla, no está fallando, gana con solvencia los partidos, sin fisuras y eso solo lo puede hacer un equipo que está muy bien, y el Sestao lo está, con un entrenador que sigue del año pasado y es un añadido”, afirma el de Loiu, que, con todo, desvela que el conjunto de Aitor Calle se encontrará con un Gernika que tiene mucho que ganar y menos que perder. “Va a ser un derbi ajustado, pese a que el River tenga la vitola de favorito, y en el que vamos a intentar ponerles las cosas muy difíciles y hacerles daño en sus posibles debilidades”, razona Larrazabal, que avisa del poderío ofensivo de los verdinegros, “con sus delanteros Leandro y Yurrebaso, con Garai, Goti, Aitor Villar…. Tienen una gran efectividad, un bloque compacto, pero nosotros también tenemos nuestras virtudes”.