El músico getxotarra Fernando Velázquez fue premiado en la categoría de mejor arreglo por su trabajo en la canción El plan maestro, de Jorge Drexler, triunfador absoluto de la noche con siete galardones. El músico uruguayo Jorge Drexler boicoteó los pronósticos, que no le daban como ganador en ninguna de las categorías principales de la 23ª edición de los Latin Grammy, y se convirtió en el gran vencedor de la noche haciéndose con siete gramófonos, entre ellos a la mejor canción y grabación del año por Tocarte.
Gracias a sus siete premios, Drexler fue el artista más reconocido de una ceremonia que también sirvió para encumbrar la carrera de Rosalía por su disco Motomami, que fue condecorado como mejor álbum del año. “Me tomó tres años hacerlo, yo pensaba que iba a ganar otra vez Jorge. (...) Felicidades, Jorge”, bromeó la autora del éxito comercial Despechá sobre la campanada del compositor sudamericano.
Antes del inicio de esta entrega, las miradas estaban puestas en el puertorriqueño Bad Bunny, cuyo último proyecto musical -Un Verano Sin Ti-fue tal éxito comercial que todo hacía indicar que arrasaría en esta gala. El Conejo Malo, quien ni siquiera asistió al evento, acabó haciéndose con cinco gramófonos latinos a pesar de haber sido el más nominado de esta edición con diez candidaturas.
El fiasco de Benito Martínez Ocasio, nombre real del artista, se produjo principalmente porque no pudo imponerse en ninguna de las tres categorías más relevantes con las que la Academia Latina de la Grabación laurea a sus músicos del momento: el premio a la canción del año, el relativo a la grabación y el mejor álbum de dicha temporada.