El Gipuzkoa Basket necesita más calidad en la pintura y es por eso que peina el mercado para hacerse con un pívot que se la aporte, ya que en lo que va de temporada ha detectado un hándicap en lo que a sus hombres altos se refiere.
De esta forma, el nuevo interior sería un jugador con unas características muy concretas, sobre todo intensidad y rebote, así como capacidad de anotar cerca del aro.
Paralelamente a este movimiento trabaja desde hace días en la salida en forma de cesión de Pape Bocar Sall, un pívot de 2.11 que lleva varios partidos sin saltar a la cancha y que no ha demostrado la progresión que prometía, al menos en esta primera fase del campeonato. Su destino parece un equipo de Segunda FEB, la categoría inmediatamente inferior a la del GBC. Pape tiene contrato para otro año más y cuando se le fichó se pensó en su incorporación como una apuesta de presente y también de futuro.