Un traje de raya diplomática, algo muy italiano, mandaba en el acto de presentación del Giro de Italia de 2023 llevado a cabo en el Teatro Lírico Giorgio Gaber en Milán. Gaber, influenciado por el jazz, fue uno de los pioneros del rock en Italia. Aprendió a tocar la guitarra por prescripción médica. Una enfermedad debilitó su mano izquierda. La solución la encontró en su hermano mayor, que tocaba la guitarra. Giorgio se empeñó. Fortaleció la mano y se sublimó como guitarrista.
El Giro de Italia suena a rock clásico, sin artificios ni trampantojos. Ser clásico es una revolución en la era de los highlights, del tik-tok, el autotune y la celeridad. En la época del consumo compulsivo, la carrera apuesta por la digestión lenta como si se tratara de un disco conceptual. El concepto es volver a las raíces, reforzarlas. Lo que siempre ha sido el ciclismo en origen: una gran aventura. La odisea italiana arrancará el 6 de mayo en Fossacesia y concluirá el 28 de mayo en Roma.
70 KILÓMETROS DE CRONO
Regresa el Giro al escenario en el que las cronos eran importantes y no una triste y desamparada nota al pie de página, algo molesto en el ciclismo moderno, el que alude a las bonificaciones y las apreturas para mantener la emoción. De las grandes montañas, de las cumbres que asustan y atemorizan se sabe de sobra en Italia, pero recuperar el pulso del reloj con tres cronos –la de inicio, la del desarrollo y la del epílogo, (una cronoescalada)– invoca al ciclismo vintage, el que se aleja de lo instantáneo.
Sumarán 70 kilómetros las cronos del Giro. Además, la corsa rosa estimulará el gran fondo, lo que da sentido a las pruebas de tres semanas. Honrará a esa idea primigenia de la dureza, la resistencia y la supervivencia como vía a la gloria. En ese ecosistema, con seis finales en alto, se agolpan las etapas que superan o pendulean alrededor de los 200 kilómetros.
Totalizan más de la mitad del recorrido, de 3.448,6 kilómetros y un desnivel acumulado de 51.3000 metros en las 21 etapas. Si se restan las tres jornadas contra el reloj y el cierre de Roma, el desfile del vencedor, el trazado concede profundidad al Giro, una carrera de aliento largo y una oda al brutalismo.
GRAN SASSO Y CRONO
La primera semana de competición emerge con una crono llana y final en un repecho. Tras dar aire a los velocistas, la cuarta jornada garabateará con los hombres de la general en los Apeninos. Acumula 3.500 metros de desnivel en una trazado accidentado y final en Lago Laceno. El séptimo día se yergue sobre la Corsa rosa el Gran Sasso, examen inicial en las montañas en una jornada de 218 kilómetros. La subida a Campo Imperatore es un interminable ascenso de casi 45 kilómetros rota por un falso llano. Antes de alcanzar el primer día de descanso, aguarda la segunda contrarreloj del Giro. 33,6 kilómetros para subrayar a los especialistas. La foto de los mejores quedará fijada.
EL CRESCENDO DEL GIRO
A partir de ahí, arranca el constante crescendo del Giro. Tras conceder espacio al esprint, el tono se eleva hasta uno de los días clave de la carrera. En la 13ª jornada el Giro pisará Suiza. No será neutral, precisamente. Aguarda una etapa alpina desde Borgofranco d’Ivrea hasta Crans Montana. Se ascenderá el Colle del Gran San Bernardo (2.469 metros, Cima Coppi). Una ascensión de 34 kilómetros. Plegado el puerto, la etapa seguirá por la Croix de Coeur, por encima de los 2.000 metros de altitud, para descollar en Crans Montana. La semana se cierra con una etapa complicada con final en Bergamo.
TRACA FINAL CON TRE CIME DI LAVAREDO
El Giro adquiere toda su grandeza en los seis días finales de competición, donde se resolverá el enigma del vencedor. De regreso de la segunda jornada de descanso, asoma el Monte Bondone tras una travesía con 5.000 metros de desnivel con las ascensiones a Santa Barbara, Bordala, Matassone y Serrada. El Monte Bondone, un coloso de 21,5 kilómetros y rampas de hasta el 15%, servirá para un gran criba.
La jornada reina, el tappone, pespunta en los Dolomitas en un recorrido que une Longarone con las Tre Cime di Lavaredo. Serán 182 kilómetros y 5.400 metros de desnivel a través del Passo di Campolongo, seguido del Passo Valparola y que conduce al infierno por el Passo Giau, el Passo Tre Croci y el Tre Cime di Lavaredo, con pendientes de hasta el 18%.
El Giro se resolverá en la crono final de 18,6km entre Tarvisio y Monte Lussari (7,3 km al 12% y rampas del 22%). Los últimos 7,5 km serán de ascenso. Después espera Roma, la eterna, siempre Roma, tras un Giro que recupera su esencia.
ETAPAS DEL GIRO 2023: del 6 al 28 de mayo.
1a. Fossacesia Marina-Ortona (CRI) 18 Km.
2a. Teramo-San Salvo 204 Km.
3a. Vasto-Melfi 210 Km.
4a. Venosa-Lago Laceno 184 Km.
5a. Atripalda-Salerno 172 Km.
6a. Nápoles-Nápoles 156Km.
7a. Capua-Gran Sasso de Italia 218Km.
8a. Terni-Fossombrone 207Km.
9a. Savignano Sul Rubicone-Cesena (CRI) 33,6Km.
10a. Scandiano-Viareggio 190 Km.
11a. Camaiore-Tortona 218 Km.
12a. Bra-Rivoli 179 Km.
13a Burgofranco D'Ivrea-Crans Montana 208 Km.
14a. Sierre-Cassano-Magnano 194 Km.
15a. Seregno-Bergamo 191 Km.
16a. Sabbio Chiese-Monte Bondone 198 Km.
17a. Pergine Valsugana-Caorle 192 Km.
18a. Oderzo-Val di Zoldo 160 Km.
19a. Longarone-Tres Cimas de Lavaredo 182 Km.
20a. Tarvisio-Monte Lussari (CRI) 18,6 Km.
21a. Roma-Roma 115 Km.