El principal aeropuerto de la ciudad italiana septentrional italiana de Milán, el de Malpensa, llevará añadido desde este jueves el nombre del fallecido primer ministro Silvio Berlusconi, según oficializó el Ministerio de Infraestructuras en un comunicado, pese a las protestas de la oposición de centro e izquierda que se oponía a la medida.
El ministro de Infraestructuras y vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, había avanzado esta polémica decisión el pasado domingo y hoy expresó su "gran satisfacción".
El Ente Nacional para la Aviación Civil (ENAC) ha publicado una ordenanza en la que se hace oficial este cambio de nombre "con efecto inmediato".
El aeropuerto internacional de Milán pasa de este modo a denominarse "Milano Malpensa - Silvio Berlusconi" y su gestora, SEA, deberá "cumplir" con la aplicación de este nuevo nombre, se lee en el comunicado.
El aeropuerto internacional de Malpensa, situado en la localidad de Somma, es el principal del área de Milán -que tiene también el de Linate- y se considera la principal infraestructura del norte italiano, el verdadero motor económico del país.
Silvio Berlusconi, magnate y tres veces primer ministro, polémico protagonista de la política italiana durante décadas, nació en Milán en 1936 y murió en la misma ciudad el 12 de junio de 2023 a causa de una leucemia que padecía.
El caso del aeropuerto milanés será la primera gran infraestructura italiana que llevará su nombre tras su muerte.
La decisión ha indignado a la oposición de centro e izquierda del actual Gobierno de ultraderecha debido a las polémicas y numerosos casos judiciales que el empresario protagonizó en vida.
Pero también porque el resto de aeropuertos italianos están dedicados a grandes figuras de la historia como el de Roma-Fiumicino, al genio Leonardo; el de Venecia al explorador Marco Polo; el de Bolonia a Guglielmo Marconi; el de Pisa a Galileo Galilei, o el de Génova a Cristóbal Colón.
El alcalde de Milán, el progresista Giuseppe Sala, calificó la medida de "locura" y se ha puesto en marcha una recogida de firmas para intentar detenerla.