El Gobierno de Navarra cumple menos del 20% de las mociones que aprueba el Parlamento foral

El Gobierno de Navarra cumple menos de un 20% de las mociones que aprueba el Parlamento foral. Según datos de la Cámara, en el último año los grupos han sacado adelante entre mociones y resoluciones 79 textos, de los que el Ejecutivo admite haber llevado a la práctica solo 14. Un escaso porcentaje de cumplimiento para unas iniciativas legales que el Gobierno no tiene por qué adoptar porque no son textos como las leyes o los decretos, pero que de alguna manera reflejan que algo sucede con las mociones: o bien es un instrumento legal que ya no tiene demasiado sentido por su poca efectividad y tiene que reorientarse, o bien el Gobierno simplemente deja de lado –por falta de voluntad o por falta de tiempo– las iniciativas menores y sin impacto legislativo para centrarse en otras más importantes, como las leyes –que a veces recogen aspectos de mociones–. En cualquier caso, un desfase que emborrona la estadística y que no habla bien de la política navarra.

Las mociones son textos que suelen llevar lo que el reglamento de la Cámara llama propuesta de resolución: una exposición de un tema o problema, una postura por parte del proponente y una propuesta de resolución, que suele ser una especie de mandato al Gobierno.

Salud, la que más tiene

Hay de todo tipo y en todos los departamentos. Los grupos piden que se hagan informes y estudios –sobre la pobreza, sobre patrimonio arquitectónico...–, que se potencien líneas educativas, que se aceleren los trabajos de eliminación del lindano, que se apoye al sector musical. Propuestas de todo tipo. El departamento que más resoluciones ha recibido, tanto del pleno como de comisión, es Salud. En total 25, de las que solo 5 se han cumplido en su totalidad. El resto o bien están en vías de cumplimiento, o pendientes, o no se han realizado por que implican gastos extraordinarios o solicitan cuestiones que escapan de la competencia del Gobierno mismo. Este es un punto interesante. Porque la mayoría de las propuestas que quedan por acometer están en fase de cumplimieno o en marcha, asegura el Gobierno. Pero hay unas cuantas –por lo menos diez– que nunca se realizarán, porque no hay competencia para ello. Eso es lo que ha pasado con las dos resoluciones dirigidas a Relaciones Ciudadanas, por ejemplo: una de ellas solicitaba implicarse en las protestas contra la represión en Colombia y la otra era una petición al Gobierno de España.

La utilidad, en cuestión

No es ni mucho menos una excepción, y abre un debate que tendrá que ponerse encima de la mesa en alguna reforma reglamentaria: si las mociones sirven para algo. Si su vocación de debate, propuesta y mandato siguen teniendo sentido teniendo en cuenta la realidad de las cosas. No ya solo por su bajo porcentaje de plasmación, con menos del 20% de las cuestiones resuelta. Sino porque muchas de ellas plantean cuestiones que competencialmente no se pueden hacer y otras muchas presentan problemas –jurídicos, económicos–, que las hacen imposibles. De ellas solo queda el debate político, las declaraciones. Pero nada más. l

l Medio Ambiente, la consejería que más cumple. La consejeria de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, dirigida por Itziar Gómez, es la que más peticiones ha atendido de entre las que le han formulado. En el último año ha dado salida a tres de las cuatro mociones que le hicieron llegar: una relativa a la adopción de medidas para combatir el pesticida conocido como lindano; otra para defender los 12 puntos de Navarra en relación con la PAC; y la última para pedir que no se instalen macrogranjas.