PNV y PSE han hecho oficial el acuerdo que permitirá la investidura del jeltzale Imanol Pradales como lehendakari este jueves en el Parlamento Vasco, y que los permitirá también repetir su gobierno de coalición por tercera legislatura consecutiva, esta vez con una estructura más amplia y con una reorganización de las dos macroconsejerías. En un acto ceremonial con Pradales presidiendo la mesa en una posición central, el candidato ha firmado el pacto, de unas cien páginas, flanqueado por el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, y el secretario general del PSE, Eneko Andueza. Previamente, las bases de ambos partidos habían dado la luz verde a que se mantenga su alianza, una decisión que autorizó por unanimidad la Asamblea Nacional jeltzale y que rozó la totalidad en la consulta socialista a sus bases, que creció en participación y apoyo con respecto a 2020. En unas primeras declaraciones, Ortuzar y Andueza han querido poner en valor que este acuerdo da solución a las cuestiones fundamentales que están en el debate social, y han tendido la mano a la oposición, pero dejando claro, particularmente el PSE, que el liderazgo corresponde al Gobierno, lo que parece un toque de atención a Pello Otxandiano, de EH Bildu.
Ortuzar ha querido trasladar este miércoles la "satisfacción" de su partido con este acuerdo, que a su juicio va a permitir que se conforme un gobierno "fuerte" con un programa "sólido, capaz de dar respuesta a las demandas, necesidades y anhelos del pueblo vasco, además de garantizar unos servicios públicos de máxima calidad" y responder a "todas" las cuestiones que interesan a la ciudadanía. A partir de ahí, ha aprovechado para tender la mano a la oposición y pedirle que "sepa leer de manera positiva y constructiva este acuerdo". "Es nuestra voluntad tenderles la mano para conseguir políticas, leyes y programas de máximo consenso a lo largo de toda la legislatura", alentó. El PNV ha realizado un marcaje sobre EH Bildu sin citarla, al poner en valor que este acuerdo es "ambicioso".
El PSE se reivindica
Andueza, por su parte, como suele ser habitual en sus intervenciones, reivindicó en primer lugar la aportación socialista, el socio minoritario de este gobierno con 12 de los 39 escaños, pero que es el partido que proporciona la mayoría absoluta a Pradales, a pesar de que "algunos estaban empeñados en presentar esto como un duelo entre dos".
Añadió que "este futuro Gobierno va a estar dedicado a lo fundamental", como la salud y la vivienda, y que ambos partidos han realizado un ejercicio de generosidad y han alumbrado un documento "progresista", desenlace que en cierto modo se arroga con el argumento de que la prioridad está en discusiones que él puso sobre la mesa en campaña. En cuarto lugar, tendió la mano, con matices: "No vamos a engañarnos, tenemos la mano tendida, pero esta es la hoja de ruta de los dos partidos para los próximos cuatro años, es la hoja de ruta para afrontar retos enormes, que van a requerir ambición, atrevimiento, y romper algunos moldes. Yo, como responsable del PSE, confío en que trabajemos sin ataduras, atendiendo únicamente al interés y los deseos de una mayoría social. Tendremos siempre la mejor disposición para el acuerdo, pero nosotros hemos asumido la responsabilidad de llevar el timón de este país y a nosotros nos corresponde tomar la mayoría de las decisiones".