Esta noche, a las tres de la madrugada en Euskadi, ha expirado el ultimátum lanzado por Rusia para que Ucrania entregue Mariupol y dejar salir a los combatientes que resisten el cerco ruso. El Gobierno ucraniano ha rechazado la rendición y los combates continúan.
Esta ciudad al sur de Donetsk y Lugansk y que Rusia quiere que sirva de corredor hacia la anexionada Crimea sigue viviendo una catástrofe humanitaria por el nivel de destrucción y la falta de alimentos.
Tras el ataque al teatro de hace unos días, en las últimas horas ha sido atacada una escuela de arte donde se refugiaban 400 personas. Rusia había ofrecido la apertura de un corredor humanitario entre las diez de la mañana y las doce del mediodía siempre que el ejército ucraniano depusiera las armas, algo que la vicepresidenta ucraniana ya ha asegurado que no hará.
El presidente Volodomir Zelenski ha asegurado que este asedio se recordará como un crimen de guerra y que cuanto más lo hablen con el resto del mundo más apoyo encontrará Ucrania.
En su último discurso también ha asegurado que mantendrá la integridad territorial de su país y mientras en la capital, en Kiev, se sigue aguardando la ofensiva rusa entre ataques como el de un centro comercial en el que al menos cuatro personas han fallecido tras un bombardeo. Además, en la región de Sumi un ataque ruso a una planta química ha provocado un escape de amoniaco.