El Gobierno afirma que no está pensando retomar la reforma de la ley del CGPJ para rebajar la mayoría parlamentaria necesaria para elegir a sus miembros y que su objetivo es seguir presionando al Partido Popular para que cumpla la Constitución y acabe con su "insumisión".
Después de que el PP rompiera la pasada semana las negociaciones para renovar el órgano de gobierno de los jueces con el argumento de que el Ejecutivo pretende rebajar las penas del delito de sedición, el Gobierno considera que la estrategia es seguir dejando patente que el principal partido de la oposición no cumple con el texto constitucional.
Así lo explicitó la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tras la reunión del Consejo de Ministros del pasado lunes, así ha vuelto a exponerlo este miércoles el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ante el pleno del Congreso, y ese es el mensaje que pretende seguir trasladando Moncloa.
Fuentes del Gobierno señalan que van a ser "contundentes" con esa exigencia porque no se puede naturalizar el incumplimiento de la Constitución.
Afirman que en eso van a seguir insistiendo y que el Gobierno no está en retomar la reforma de la ley del poder judicial para permitir que los integrantes del CGPJ sean elegidos por mayoría absoluta en vez de por tres quintos de los diputados.
Una reforma que llegó a plantear también el PSOE pero que retiró tras las reticencias de Bruselas.
Frente a la posición de la parte socialista del Gobierno, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha insistido en defender la reforma porque sólo ve dos opciones, o cambiar las mayorías o "permitir que se consume el golpe blando" del PP.
Después de las críticas vertidas contra Sánchez este miércoles en el pleno de la Cámara baja por la portavoz del grupo popular, Cuca Gamarra, por pretender reformar la sedición, las fuentes explican que el presidente del Gobierno ha estado "donde tiene que estar", pidiendo que el PP se atenga a la ley ("¡Si hasta Bolsonaro dice que va a cumplir la Constitución!", apostillan) y sin entrar a responder las descalificaciones.
Otros diputados del PP, como Carlos Rojas y Ana Belén Vázquez, han utilizado sus turnos de preguntas a varios ministros para acusar al Gobierno de ceder ante los independentistas con la única pretensión de mantenerse en el poder y de sugerir que el propio ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, podría haber negociado con el expresidente catalán Carles Puigdemont, la reforma de la sedición.
Esa estrategia del PP cree el Gobierno que es fruto de que carece de proyecto, de la falta de liderazgo de Alberto Núñez Feijóo y de que las encuestas empiezan a dejar patente que sus expectativas se van diluyendo.
Confía el Ejecutivo en que el CGPJ cumpla también con la ley y haga su trabajo para nombrar a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que han de sumarse a otros dos que debe designar el Ejecutivo.
"Debe tomar una decisión y desbloquear esos nombramientos", se resalta desde Moncloa.
Por su parte, fuentes socialistas ratifican que la estrategia es repetir una y otra vez lo que consideran evidente, que el PP no está cumpliendo la Constitución, para que desista de su actitud.
"Se tiene que cocer en su salsa", señalan estas fuentes, que, no obstante, son pesimistas respecto a la posibilidad de que se pueda desatascar la renovación del órgano de gobierno de los jueces antes de las próximas elecciones generales.
Descartan también que vaya a haber ahora novedades respecto a la reforma del Código Penal para reducir las penas por delitos de sedición e insisten en que Alberto Núñez Feijóo ha demostrado que "no es líder de nada".