El Gobierno español salva por la mínima su reforma fiscal en una Comisión de Hacienda esperpéntica

Tras una comisión de Hacienda agónica y horas de negociación el Gobierno español ha logrado sacar adelante 'in extremis' y de madrugada parte de su reforma fiscal. La pregunta es ahora si el Ejecutivo logrará mantener la mayoría necesaria hasta el jueves cuando el paquete de medidas se vota en el pleno del Congreso ya que lo que desbloqueó la situación fue un pacto con ERC, BNG y Bildu para prorrogar el impuesto a las energéticas un año, que se tramitará vía decreto fuera del citado paquete fiscal, pero que contradice lo pactado anteriormente por el Ejecutivo con Junts, formación con la que se había comprometido a suprimir este gravamen.

Además, el Gobierno español tampoco consiguió aprobar que la imposición temporal a la banca por sus beneficios extraordinarios se convierta en un impuesto fijo que gestionen las Haciendas forales, conforme a lo pactado previamente con el PNV. Sin embargo el acuerdo con ERC, BNG y EH Bildu recoge que el impuesto a la banca se tramite en el pleno del próximo jueves, aumentando el tramo más alto y dejando estipulado que el impuesto lo gestionen las comunidades autónomas, tal y como ya contemplaba el acuerdo alcanzado por los jeltzales con el Gobierno.

Comisión agónica

El acuerdo llegaba en torno a la 01.00 horas de la madrugada de este martes, tras más de ocho horas de negociación en una Comisión de Hacienda totalmente kafkiana. Todo indicaba que la Comisión iba a llegar a un callejón sin salida después de horas de debate y de incluir y de sacar del texto que debe llegar a pleno del jueves reformas fiscales que no contentaban a ninguna de las partes. Fueron muchos los diputados que expresaron su descontento puesto que decían saber que no siquiera sabían el contenido de lo que se votaba en cada momento.

A las 20:00 horas de la tarde, el Gobierno ni siquiera contaba con los apoyos para sacar adelante el impuesto a las multinacionales del 15%, un requisito que exige Bruselas para autorizar el siguiente tramo de fondos europeos, y a cuya votación el Gobierno había ligados otras de sus propuestas de reforma fiscal. Con este panorama el presidente de la Comisión anunciaba un receso para negociar que se alargó tres horas.

El parón provocó las críticas del PP que acusó a la comisión de secuestro.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, considera que lo sucedido en la Comisión de Hacienda muestra el desorden general de esta legislatura y el juego en corto del Gobierno.

El acuerdo llegó 'in extremis'

Pero entonces ERC, BNG y Bildu anunciaban un acuerdo para prorrogar el impuesto a las energéticas un año más. Una medida que se votará fuera de esta reforma fiscal, vía decreto.

Este giro obtuvo el visto bueno de la Comisión pasada la medianoche del lunes, y también logró el sí de Junts a pesar de que la medida parece ir en contra de su acuerdo con el Gobierno para suprimir el impuesto a las energéticas.

Sin embargo, el Ejecutivo dice que la medida respeta su pacto con Junts que pasa por no gravar a las energéticas que contribuyan a la descarbonización. Veremos lo que sucede en la votación del jueves en pleno, donde el Gobierno necesita los votos de todos los socios de investidura, incluidos los de Junts, PNV y Podemos, todavía en duda.

Son muchos los grupos que consideran que esta prorrogación del impuesto a las energéticas quedará en papel mojado puesto que se tramitará vía decreto y necesitará del apoyo en el pleno del Congreso de todos los socios de investidura, algo que a día de hoy dado la disparidad de posicionamientos parece difícil del lograr.

Una reforma fiscal mermada

Aunque el PSOE ha logrado aprobar sus propuestas para gravar a los vapeadores, subir el IVA a los apartamentos turísticos, luchar contra el fraude de los hidrocarburos, mejorar la tributación de los artistas o reformar el Impuesto de Sociedades para contrarrestar la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró la nulidad parcial de una reforma sobre este tributo que ejecutó el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro; también han sufrido derrotas importantes.

La derrota más significativa es que no ha prosperado la transformación del gravamen a la banca en un impuesto que, conforme a lo pactado con el PNV, iban a gestionar las haciendas forales. Tampoco se ha aprobado la subida de los diésel y la reforma fiscal de las Sociedades Cotizadas de Inversión Inmobiliaria (SOCIMI) que había pactado con Sumar.

Los grupos parlamentarios tienen hasta las 13:00 horas de este martes para presentar enmiendas al texto aprobado en la Comisión de Hacienda.