El Gobierno español veta la OPA sobre Talgo por motivos de seguridad del Estado

Después de meses de incertidumbre, el Gobierno español anunció ayer, a través de un comunicado del Ministerio de Economía, que veta la Oferta Pública de Adquisición (OPA) del consorcio empresarial húngaro Ganz-MaVag sobre el constructor de ferrocarriles Talgo -una de cuyas dos fábricas se ubica en la localidad alavesa de Rivabellosa- para proteger los “intereses estratégicos” y la “seguridad nacional”. Detrás de esta decisión se encuentra el temor a los posibles nexos entre Ganz MaVag y la Rusia de Vladimir Putin, cuyo gran aliado en Europa, político e ideológico, es el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Ganz MaVag reaccionó anunciando que iniciará “todas las acciones legales al alcance”, tanto en España como en la UE, para defender su OPA sobre Talgo.

Según explicó el Ministerio, tras un análisis realizado por la Junta de Inversiones Exteriores -órgano de carácter interministerial- se determinó que la autorización “conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público”, a lo que se une que “Talgo es una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España”.

Ganz MaVag anunció su voluntad de adquirir Talgo en noviembre del 2023, aunque el interés del empresario húngaro Andras Tombor venía de un año antes, cuando manifestó su interés en hacerse con los títulos bursátiles de Pegaso Transportation, principal accionista de Talgo.

No obstante, tras la aprobación de la nueva ley sobre OPAs en pandemia para evitar que firmas españolas cayeran en manos extranjeras, el control y la vigilancia sobre esta clase de ofertas se han acentuado, además de que el texto obliga a que, si se pretende tomar el control de más del 30%, se ha de lanzar una OPA por el 100%. Esto obligó a Tombor a cambiar de planes, para lo cual requería más apoyo financiero del que le ofrecía su propia empresa, Magyar Vagon.

Esa ayuda llegó a través del Gobierno húngaro y su fondo de inversiones extranjeras Corvinus. La OPA se valoraba 620 millones de euros. Eso incrementó aún más los temores en Moncloa. En abril, el ministro de Transportes, muy crítico con la operación desde su entrada al Ministerio, subrayó que la OPA planteaba un problema estratégico porque Talgo posee tecnología que atañe a la movilidad militar de estados europeos aliados, como los bálticos, enfrentados abiertamente a Rusia y en cuyos territorios la OTAN suele desarrollar maniobras y ensayos.

El futuro de Talgo parecía, sin embargo, quedar despejado cuanto apareció un tercer actor, la checa Skoda, que ha planteado una fusión. Sin embargo, la dirección de Talgo no se ha mostrado satisfecha con la propuesta, que parece haber quedado aplazada. Así las cosas, este mes se produjo una visita de técnicos del Ministerio de Transportes a las fábricas en Hungría, pero según informó Europa Press, el Ejecutivo tenía también dudas sobre la capacidad de producción de estas factorías. Fuentes del grupo húngaro trasladaron a su intención de “defender la legitimidad de su oferta”, al considerar que cumple “con todos los requisitos legales vigentes”, según informó la misma agencia. Esta potencial demanda contra el Estado se suma al recurso que también quieren interponer contra esta decisión los accionistas minoritarios de Talgo.