El Gobierno francés salvó hoy una nueva moción de censura presentada por el grupo izquierdista La Francia Insumisa (LFI) en respuesta al uso de un mecanismo legal para aprobar leyes sin el visto bueno de la Asamblea Nacional, donde el bloque gubernamental carece de la mayoría absoluta.
La iniciativa contó con el respaldo de 93 diputados, muy lejos de los 289 votos necesarios para ser aprobada.
"La República francesa no es una empresa y no será jamás un régimen absoluto", aseveró Ségolène Amiot, diputada de LFI, al defender la propuesta de su grupo en la sesión parlamentaria de este lunes.
La moción de censura protestaba nuevamente por el uso reiterado de un mecanismo constitucional que permite al Gobierno aprobar proyectos de ley sin el visto bueno de la Cámara baja.
En esta ocasión, la primera ministra francesa, Elisabeth Borne, había aplicado el artículo 49.3 de la Constitución de la V República para asentar la totalidad del presupuesto de la Seguridad Social francesa de 2023, que quedó aprobado tras el fracaso de la moción de censura.
"Esta maniobra no aporta nada a la democracia, no aporta nada al debate", criticó la primera ministra durante el debate, antes de asegurar que, pese a las reiteradas aprobaciones forzosas, su gobierno está dispuesto a dialogar para encontrar acuerdos y apoyos de otras fuerzas parlamentarias.
Esta era la sexta vez que Borne recurría al artículo 49.3 de la Constitución francesa en poco más de un mes, una táctica que desde LFI -y, en algunas ocasiones, también desde la ultraderechista Agrupación Nacional (RN, el bloque de Marine Le Pen)- fue contrarrestada con sus correspondientes mociones de censura parlamentarias.
Estas iniciativas, sin embargo, partían todas con escasas opciones de triunfar, ya que para derrocar al Gobierno necesitarían sumar el apoyo de al menos 289 diputados, algo que ambos grupos no consiguen ni siquiera uniendo fuerzas.