A la muerte de un niño palestino del pasado miércoles se suma la muerte el pasado martes de un joven palestino identificado como Jalil Yehya Anis, de 20 años, durante enfrentamientos con tropas israelíes en la ciudad cisjordana de Nablus, donde otros dos jóvenes resultaron heridos y uno de ellos fue trasladado en estado crítico. Los enfrentamientos fueron desencadenados por la demolición de la vivienda familiar de un palestino que mató a un soldado israelí en octubre del año pasado.
Enfrentamientos en Nablus
El Ejército israelí informó que "sospechosos dispararon contra las tropas y dañaron vehículos militares" y que, en respuesta, las tropas respondieron "dispersando a los manifestantes y abriendo fuego contra los hombres armados".
Residentes de Nablus habrían disparado también fuegos de artificio contra las tropas y lanzado explosivos y cócteles molotov, según añadió el Ejército, cuyas tropas utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, muchos de los cuales debieron ser tratados por asfixia.
La demolición de la residencia familiar de Tawil se llevó a cabo con éxito algunas horas después, informó la agencia oficial, que destacó que allí vivían también los padres y la hermana del atacante.
Israel suele demoler las casas de familias de palestinos acusados de cometer atentados mortales, una política denunciada como "castigo colectivo" por grupos de derechos humanos y que el Estado judío aplica desde hace años en territorio palestino ocupado.
Por su parte, los cuerpos de seguridad israelíes lo justifican como elemento de disuasión para prevenir más ataques, mientras que la actual coalición gubernamental liderada por Benjamin Netanyahu -compuesta también por grupos de extrema derecha- se ha comprometido a agilizar estas acciones de forma aún más expeditiva.
Palestina urge investigar los crímenes del Ejército israelí
El Gobierno palestino acusó este miércoles a Israel de tener un "comportamiento colonial racista", y urgió a la Corte Penal Internacional a investigar los "crímenes de la ocupación", después de que el Ejército israelí reconociera "fallos" en una operación en la que murió un niño palestino.
"Este comportamiento colonial racista es un crimen en sí mismo y una prueba concluyente de la implicación del ámbito político y militar del Estado ocupante en estos crímenes, especialmente las instrucciones para facilitar disparar contra ciudadanos palestinos y tratarlos como objetivos de entrenamiento", indicó el Ministerio de Exteriores palestino en un comunicado.
El Ejército israelí informó este miércoles de que encontró "fallos en el control y comando" de sus tropas tras investigar un episodio del pasado 1 de junio, en el que soldados hirieron al palestino Haytam Tamimi y mataron a su hijo de tres años, Mohamed, mientras respondían a un ataque en Cisjordania ocupada.
El Ejército decidió sancionar a un oficial por violar órdenes y trasladará los resultados de la pesquisa al Fiscal Militar General, que deberá decidir si iniciar o no una investigación por parte de la Policía Militar.
"El regocijo del Ejército de ocupación con reprender al asesino del niño mártir Tamimi es una prueba concluyente de la falta de seriedad de las investigaciones israelíes", estimó el ministerio palestino, al expresar su "asombro ante el silencio de la Corte Penal Internacional y la lentitud de su trabajo e investigaciones sobre los crímenes de la ocupación".
El niño murió cuatro días después de haber sido blanco de fuego israelí, y la tensión se elevó durante su funeral el 6 de junio en la aldea de Nabi Saleh, donde dos palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con soldados israelíes.
Según la agencia oficial de noticias palestina, Wafa, las tropas israelíes no solo abrieron fuego contra algunos de los presentes en el funeral sino que también "atacaron a los residentes de la aldea con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento, causando que decenas se asfixien".
Por otro lado, el Fiscal General Militar cerró esta semana -sin presentar cargos- la investigación del caso de Omar Asad, un anciano palestino estadounidense que murió de un ataque al corazón en enero del año pasado después de que soldados israelíes lo dejaran sin abrigo con las manos esposadas y los ojos vendados durante una noche helada.
Dos oficiales subalternos fueron destituidos de sus cargos por estos hechos y el jefe del Batallón Netzah Yehuda (integrado por numerosos extremistas de derecha) fue suspendido.
Conflicto palestino-israelí
Israel se hizo con el control de Cisjordania y Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días de 1967, y desde entonces mantiene una ocupación sobre estos territorios palestinos que es de las más largas en la historia reciente.
El conflicto israelí-palestino vive en 2023 su año más letal desde la Segunda Intifada (2000-05) en Cisjordania e Israel, y en lo que va de año han muerto 124 palestinos, la mayoría milicianos en enfrentamientos violentos con tropas israelíes, pero también civiles, incluidos 21 menores.
Del lado israelí han fallecido 20 personas víctimas de ataques palestinos, la mayoría colonos, y entre ellos tres menores.