El mismo día en que Bingen Zupiria tomaba posesión del cargo como consejero de Seguridad, unas pintadas en su localidad natal, Hernani, le daban una amarga bienvenida con amenazas contra él y la Ertzaintza. El episodio se repetía recientemente en el frontón de Igeldo, con el añadido de que las pintadas también iban dirigidas al consejero socialista Denis Itxaso, por su reciente etapa al frente de la delegación del Gobierno español y su relación con la Guardia Civil y la Policía española. Zupiria lamentó que estas actuaciones le hacen recordar tiempos pasados “donde algunas personas sufrieron mucho más” que él esas circunstancias y el embate de la violencia. Aunque matizó que ahora estamos en otro tiempo, sí quiso hacer una lectura más allá y vio un intento de desacreditar a la Ertzaintza. Alertó de que existen “una serie de movimientos antisistema que tienen como objetivo cuestionar la legitimidad y el carácter democrático de algunas instituciones como, por ejemplo, la Ertzain-tza”, dijo en la Cadena Ser. “Por los antecedentes que tenemos, es algo que deberíamos cuidar”, avisó.
Al consejero le preguntaron también por los ataques en las redes sociales, las informaciones falsas y los delitos de odio, y sobre la posibilidad de acabar con el anonimato en internet como propone el fiscal de sala contra los delitos de ese tipo. Zupiria no se mostró muy entusiasmado con la idea, porque “no podemos estar cambiando el Código Penal cada 15 días” haciendo reflexiones en caliente y al albur de la actualidad. De hecho, llegó a decir que él se echa a “temblar” cada vez que escucha una propuesta para modificar el Código Penal. Pero sí pidió una reflexión serena sobre estos bulos porque cree que la situación es grave. Y lo cree porque ya se ha visto en otros países que los bulos propagados en las redes sociales pueden prender la mecha y provocar tumultos, como ha ocurrido en Reino Unido con los disturbios contra las personas migrantes; o como sucedió hace años en Estados Unidos con los seguidores de Trump. Previno contra las actitudes que ponen en riesgo la convivencia democrática y la legitimidad de las instituciones, y defendió los medios de comunicación profesionales que firman con nombre y apellidos.
Cuando se le preguntó si se vierten mentiras contra la Ertzaintza, aseguró que “existe un movimiento infracultural que tiene como objetivo cuestionar la legitimidad de la Ertzaintza, y en base a unas pocas actuaciones, generar una impresión general de que es una Policía que no actúa adecuadamente”. “Ante este tipo de manifestaciones, que siempre son anónimas y tienen un fin muy claro, debemos ser muy contundentes”, avisó. No identificó de qué espectro político provienen. l