La Osakidetza de los próximos cuarenta años se juega en el presente, un tiempo convulso, a juzgar por los acontecimientos de las últimas semanas. Una crisis “de crecimiento positiva en un territorio pequeño”, como ha expresado este lunes el lehendakari, Iñigo Urkullu, que ha avanzado que el Gobierno Vasco incrementará “los modelos participativos de los profesionales” de Osakidetza, de quienes ha dicho entender sus reivindicaciones.
Un discurso de mano tendida que trata de rebajar la tensión en el seno de la OSI Donostialdea tras el cese de sus dos principales responsables, lo que ha provocado la dimisión de otros cargos y ha desatado una crisis sin precedentes en la sanidad pública. Son 42 de los 47 jefes de servicio del Hospital Donostia quienes critican abiertamente los relevos en la dirección del centro sanitario, aunque muestran su esperanza de reconducir el conflicto tras las palabras expresadas por el lehendakari, que en una entrevista publicada por este periódico el domingo mostraba su disposición al diálogo.
“No deseamos estar tras una pancarta, ni planteamos un conflicto de larga duración. Nuestro ánimo es constructivo. Podemos no tener razón al 100%, pero solo estamos señalando una serie de problemas que es necesario abordar”, indica a este periódico Adolfo López de Munain, el portavoz de los jefes de servicio que han vuelto a secundar esta mañana una nueva protesta que ha tenido lugar ante el Hospital Universitario Donostia.
Atención Primaria: urgencias del tiempo presente
El dinero destinado por el Ejecutivo vasco se ha incrementado durante la última década, pasando de los 1.490 euros por persona al año a los 2.100 previstos para el que viene. El incremento de las OPE también traerá consigo un aumento en 31.000 profesionales de la plantilla estructural. Previsiones que, no obstante, se antojan lejanas para las urgencias del presente. Los médicos críticos, que lamentan seguir sin recibir una llamada de Osakidetza para mantener una interlocución directa, se han reunido este lunes por la tarde en la sede del Colegio de Médicos de Gipuzkoa con jefes de la Unidad de Atención Primaria (JUAP).
El objetivo de este encuentro informativo ha sido intercambiar miradas y reflexiones y “conocer directamente” la situación en la que se encuentra la puerta de entrada del sistema sanitario, tan tensionado desde hace años, con problemas de personal, sobrecarga de trabajo, poco tiempo para cada paciente y un galopante envejecimiento de la población que no hace sino aumentar más y más la demanda.
Profesionales de este área sanitaria elaboraron en 2017 un documento de 67 puntos que revalidaron en 2019, mucho de los cuales “se siguen sin cumplir”, señala López de Munain. “Nosotros somos médicos de hospital, pero hay que tener en cuenta que una parte muy importante de la situación actual depende de la situación que atraviesa la Atención Primaria”, advierte el doctor, que cuenta con 40 años de experiencia en Neurología.
Los médicos de familia ya alzaron su voz hace cuatro años para denunciar una situación que, con el curso del tiempo, no ha hecho más que agravarse. Profesionales del servicio observan que desde 2010 las condiciones de trabajo han ido empeorando tanto en Gipuzkoa como en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Una pérdida de calidad en la atención que repercute directamente en el paciente. Por aquel entonces ya solicitaron a Osakidetza que reflexionara para que el problema no fuera a más.
“Si existe una medicina real, la del trato con el paciente, la de hablar con la gente, esa es la nuestra. Lo que pasa es que últimamente no está siendo considerada como merece. Estamos perdiendo fortaleza en el eje principal de la sanidad”, afirmaban los facultativos. Y apoyaban sus palabras en estudios que relacionan la calidad del servicio con tasas más bajas de mortalidad.
“ Si nos movilizarámos por intereses privados estaríamos deseando que las cosas fueran en Osakidetza de mal en peor" ”
Adolfo López de Munain - Portavoz de los jefes de servicio del Hospital Donostia
La sobrecarga de trabajo, la burocratización del mismo, el empleo precario, la falta de médicos y “la misma organización y gestión que hace 30 años” se apuntan como algunas de las principales causas que -según observan estos profesionales- han mermado la calidad de la atención en la medicina familiar. La situación en este nivel básico de atención sanitaria es “mala”. Y la pandemia ha supuesto “un hachazo”.
Un análisis de la situación "compartido" por un grupo heterogéneo
Conscientes de ello, y tras el maremoto provocado por los ceses en la dirección del centro sanitario, jefes de servicio del Hospital Donostia tratan de dar acomodo en la plataforma de protesta a las reivindicaciones de la medicina de familia, que acusa "graves problemas estructurales”.
A este respecto, los facultativos en rebelión precisan que no son ninguna plataforma negociadora, porque no están “negociando” ni plantean “ningún tipo de huelga”. Preguntado por este periódico, López de Munain indica varios aspectos sobre las motivaciones del grupo de médicos. “Si nos movilizáramos por intereses privados estaríamos deseando que las cosas fueran en Osakidetza de mal en peor”, replica para descartar de plano ese extremo. A pesar de no conformar un grupo homogéneo, sí hacen “un análisis compartido” de la situación sanitaria. “No es fácil que 42 jefes de servicio se pongan de acuerdo en 48 horas, y si alguien plantea esto como una lucha elitista se equivoca”, precisa el neurólogo, que insiste en el ánimo “constructivo” de su propuesta, y en la “esperanza” que ve en las palabras del lehendakari llamando al diálogo.
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Urkullu reconocía en la entrevista publicada por este periódico el domingo que no se está dando nada por hecho, dejando la puerta abierta a “la escucha y atención” para recoger aportaciones a la hora de perfilar el modelo sanitario. El director gerente provisional del hospital ha manifestado su disposición y voluntad de iniciar conversaciones con cada uno de los jefes de servicio. “Tengo confianza en el proceso de las conversaciones de la gerencia con los jefes médicos”, ha recalcado este lunes Urkullu en un foro en el Palacio Euskalduna.
La lectura del Gobierno Vasco, en cualquier caso, es clara: Osakidetza trabaja para toda Euskadi en una red integrada por un total de 13 organizaciones sanitarias, y no es posible contar con todos los servicios en todos los centros. Un trabajo en red que no quiere decir que el Hospital Donostia vaya a dejar de ser una referencia. “Nadie está planteando que deje de serlo, pero pretender que todos los hospitales de referencia tengan todo tipo de unidades escapa de la idea de trabajar en red”, señala el lehendakari, que no contempla la dimisión de la consejera vasca de Salud, Gotzone Sagardui, que comparecerá en el Parlamento Vasco para ofrecer todos los detalles tras la polémica por los ceses de la directora gerente de la OSI Donostialdea y la directora médica del Hospital Donostia.