Actualizado hace 10 minutos
PNV, PSE y Podemos reivindican que su acuerdo fiscal beneficia a un millón de personas y cubre a la mitad de la población de la comunidad autónoma, pero no han podido evitar lo inevitable: que los dos flancos enfrentados a nivel económico, la patronal Confebask y el sindicato mayoritario ELA, rechacen esta revisión de manera categórica y por razones opuestas; unos, porque creen que supone un castigo para las empresas; y otros, porque opinan lo contrario, que quedan intactas. Aunque la competencia es de las Juntas Generales, el consejero de Hacienda, Noël d’Anjou, como integrante de un Gobierno de coalición de los dos partidos que han lanzado esta revisión, defendió este viernes en Euskadi Irratia que el acuerdo es “muy equilibrado”, y huyó de la dialéctica “izquierda o derecha”. Defendió que el objetivo era realizar ajustes concretos en el sistema de impuestos para afrontar retos muy tasados, como el acceso a la vivienda o la transición ecológica, y buscar una solución a esos problemas “no es de izquierdas ni de derechas”.
La revisión incluye que las personas que cobran hasta 20.000 euros al año no paguen el IRPF y que, aunque no tributen, se puedan beneficiar de las deducciones por alquiler. También hay deducciones para las mujeres viudas y medidas para facilitar la emancipación juvenil. Pero la controversia se está centrando en otras medidas puntuales, a pesar de que D’Anjou pidió observar la fotografía general.
Impuesto de Sociedades
La negativa de ELA se daba por descontada por su rechazo generalizado a las políticas del PNV y a que los partidos de izquierda negocien propuestas suyas como los Presupuestos. Y, en el contexto actual, también se barruntaba que Confebask iba a torcer el gesto, en la medida en que la patronal se ha desmarcado de otras dinámicas que auspicia el Gobierno vasco como la negociación de un salario mínimo propio, y en su momento ya presentó un paquete de medidas para rebajar la presión del Impuesto de Sociedades. Ahora se ha encontrado con un planteamiento que entiende que será un “castigo” pero que, en sentido estricto, está muy condicionado a que las empresas no realicen inversiones ni creen empleo. La amonestación de Confebask no es el escenario ideal para un PNV que siempre se ha preciado de su relación con el tejido económico y de tener una posición muy centrada (viene de rechazar el gravamen a las energéticas en el Congreso de los Diputados por razones relacionadas con el autogobierno pero también de enfoque). Pero, a la larga, esta fotografía puede alimentar su relato porque, si la revisión la critican la patronal y el ámbito sindical por razones contrapuestas, puede esgrimirlo como prueba de que se ha alcanzado el equilibrio.
¿Cuáles son las medidas que han centrado la polémica? ELA denuncia que el aumento del tipo efectivo mínimo que tienen que pagar las empresas en el Impuesto de Sociedades, del 17% al 19%, “ contiene una letra pequeña que prácticamente invalida la medida, ya que solo afectaría a aquellas empresas que no realicen inversiones, cosa que no ocurre o que es fácil de disimular”. PNV, PSE y Podemos han acordado que se aplique para las grandes empresas que no mantengan los puestos de trabajo, ni creen empleo ni inviertan. ELA se refiere también al incremento en el impuesto del 24% al 28% por beneficios extraordinarios “a partir del 35% de la media de los tres ejercicios anteriores”, algo que tendrá un impacto “muy limitado, ya que el PNV rechaza cualquier impuesto a los beneficios extraordinarios, tal y como quedó demostrado con el gravamen a las empresas energéticas”, de tal modo que, a su juicio “ninguna de las dos medidas va a provocar que las empresas aporten más al sistema fiscal”.
Para Confebask, por el contrario, según denunció su presidenta Tamara Yagüe en Radio Euskadi, esta revisión “es claramente un castigo al mundo empresarial”. “Sinceramente, no entendemos. Esto, desde luego, no contribuye a la competitividad de nuestra empresa ni a la atracción de proyectos tractores. Es una decisión política y no se están midiendo las consecuencias económicas. Además, se contradicen los mensajes cuando se pide que las empresas sean más grandes y, cuando son más grandes, lo que hacen es cargarte de más impuestos”, dijo. En la misma entrevista, Yagüe decía que Confebask no va a acudir a la mesa sobre el salario mínimo porque negociarlo “pondría en peligro la sostenibilidad de las empresas”, y que situarlo en 1.500 euros supondría “un 27% más con respecto al salario pactado en el Estado”. Pidió conversar, si acaso, en la mesa de diálogo social.
D’Anjou, por su parte, quiso volver a centrar el debate en torno a la idea de que esta es una revisión fiscal, un ajuste en aspectos concretos y con objetivos muy tasados, y no constituye una reforma fiscal como tal porque el sistema de impuestos “ha funcionado bien estos años, ha creado empleo y su estructura está bien”. Además, sobre el Impuesto de Sociedades, pidió observar la fotografía completa. No añadió más, pero en esta revisión también se recoge que las pequeñas y microempresas puedan compensar sus pérdidas totalmente en situaciones adversas, y sube la bonificación en los casos de vulnerabilidad de los autónomos.
El PP pesca en las críticas
Pero todo este caldo de cultivo beneficia a la estrategia del PP, que se quiere presentar como la única alternativa a la izquierda socialista y lleva meses pidiendo una rebaja generalizada de impuestos que para PNV y PSE pondría en riesgo la calidad de los servicios públicos. El presidente del PP de la CAV, Javier de Andrés, llegó a pedir este viernes a los partidos de izquierda “que admitan ya de una vez al PNV y lo asuman como uno de los suyos porque se está portando muy bien con ellos”, y opinó que esta revisión de impuestos perjudica “al millón de vascos que los paga, a los que lo pagan todo”. Además, vaticinó una fuga de empresas.
Según dijo, el proyecto del PSE y de Podemos es “sablear” a todo el que gane algo, mientras que el PNV busca “mantenerse en el poder para seguir dando puestos de trabajo y contratos públicos a los suyos”. “La única alternativa para los que pagan impuestos, para los que saben qué es hacer una declaración del IVA, es el PP”, dijo.
Desde que se anunció el acuerdo, la discusión se ha enredado en torno a si la recaudación sube o baja, cuánto aumenta o disminuye, qué sucede con el Impuesto de Sociedades, si hubo un veto al PP, o si la reforma es progresista o sigue el modelo de la popular Isabel Díaz Ayuso en Madrid, un cargo político que ha salido a relucir en las intervenciones del PP y EH Bildu.
Desde julio con Podemos
Desde Podemos Euskadi, su líder Richar Vaquero, por un lado, constató que para los sindicatos estas medidas son insuficientes, y los empresarios se quejan de que es un castigo excesivo. “Nunca llueve a gusto de todos, pero donde tiene que llover es donde está más seco, la justicia social y la redistribución de la riqueza”, replicó.
Por otro lado, volvió a negar en Radio Popular que su primera negativa a respaldar un acuerdo se debiera a la injerencia de la dirección del partido a nivel estatal. Argumentó que las conversaciones con PNV y PSE se remontan al mes de julio del año pasado (en las últimas horas, este periódico ha podido confirmar también que los contactos se remontaban a la etapa de Pilar Garrido), y que los portavoces de Podemos en Juntas Generales han trasladado desde ese momento sus propuestas. “Nosotros hicimos una propuesta muchísimo más amplia. Esta no es una reforma fiscal, es una revisión. Hicimos más propuestas, algunas han sido aceptadas y otras no. Desde la primera vez hasta ahora ha habido una modificación significativa, y hemos optado por ser útiles a través de esa responsabilidad que se nos presupone a todos los partidos”, dijo. Y es “totalmente falso” que Ione Belarra impidiera a Podemos respaldar antes esta revisión.
¿Podrá haber otros acuerdos en Juntas con PNV y PSE, en un contexto en el que Podemos no tiene presencia en el Parlamento? No cerró la puerta, pero recordó que aspira a una mayoría de izquierdas: “Soy una persona bastante pragmática y estamos en la política para ayudar a la gente. Puede haber más acuerdos, pero me gustaría un acuerdo más de izquierdas, entre PSOE, Bildu y Podemos”.

Aréchaga y Yagüe, de Confebask, con el secretario general del PSE, Eneko Andueza, este viernes
Reunión de la patronal con el PSE
Eneko Andueza, recientemente reelegido como secretario general del PSE, mantuvo este viernes una reunión con Confebask a petición de la propia patronal vasca y que, como habían convenido de antemano, se saldó sin declaraciones de las partes tras el encuentro. La cita se produjo en un momento tenso, de malestar de la patronal, a cuenta de la revisión fiscal acordada por los jeltzales y los socialistas con Podemos. Pero también hay desencuentros porque Confebask se niega a negociar un salario mínimo vasco con los sindicatos. Andueza recibió en la sede socialista de Bilbao a la presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, y al secretario general Eduardo Aréchaga. El PSE informó después de que ambas partes abordaron la fiscalidad, la política industrial, el diálogo social, la competitividad, el salario mínimo o el absentismo. Andueza defendió en sus redes sociales que el PSE está “siempre dispuesto” a colaborar a favor del progreso.