El Gobierno vasco destinará 33 millones anuales entre 2021 y 2024 a las ayudas a la rehabilitación de viviendas y edificios para llegar a más familias. El incremento de las cuantías actuales ha sido posible por la llegada de los fondos europeos, que permitirá duplicar la capacidad y los fondos para realizar actuaciones de mejora de la eficiencia energética de viviendas y edificios en los próximos tres años.
El consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, ha presentado este jueves en una rueda de prensa en Bilbao las nuevas ayudas para la rehabilitación de viviendas y edificios, una nueva orden publicada hoy en el Boletín Oficial del País Vasco que aumenta las cuantías económicas de las subvenciones y amplía los límites de ingresos de las familias que puedan optar a ellas, para llegar a más personas.
Con esta herramienta, el Gobierno vasco apoya a comunidades y particulares para realizar rehabilitaciones integrales de edificios -que incluyen en una misma intervención la eficiencia energética, la accesibilidad o las mejoras de la habitabilidad exterior a través de nuevos balcones y terrazas o de la extensión de los ya existentes-, obras puntuales para elementos comunes de edificios y reformas en viviendas.
El presupuesto será de 33 millones de euros anuales. La nueva orden unifica las ayudas y supone el final de las convocatorias anuales, ya que desde ahora se podrán pedir todos los tipos de ayudas durante todo el año, al contrario de lo que sucedía hasta la fecha con determinadas líneas.
El consejero ha recordado que esta orden prepara el escenario para la "oportunidad única para hacer de la renovación una estrategia que beneficie tanto a la neutralidad climática como a la recuperación y la transformación" social tras la pandemia, con la llegada de los fondos europeos Next Generation y en un contexto de nuevas necesidades ante el creciente envejecimiento poblacional.
Además de afrontar las actuaciones de conservación habituales en un parque de viviendas como el vasco, que se caracteriza por su antigüedad -46,2 años de media-, las ayudas ponen el acento en la mejora de la accesibilidad, la eficiencia energética de los edificios y el incremento del uso de energías renovables en los edificios y viviendas, así como la digitalización de edificios.
Abordar la crisis climática desde el ámbito de la edificación -con la neutralidad climática en 2050 como fin- y reducir las desigualdades sociales al apoyar el acceso a las ayudas a quienes tienen mayores dificultades para rehabilitar son los dos objetivos principales que ha desgranado Iñaki Arriola en su comparecencia. Entre 2018 y 2020, las ayudas a la rehabilitación han apoyado estas actuaciones en 30.942 viviendas con 90 millones de euros.
La orden eleva las cuantías de las ayudas e incide en apoyar a personas con menos recursos, así como a comunidades que acompañen las actuaciones de mejora de la eficiencia energética y la integración de fuentes de energía renovable con una mejora de la habitabilidad, la accesibilidad, la conservación, la mejora de la seguridad de utilización y la digitalización de los edificios.
ZONAS ATENCION PREFERENTE
Las ayudas individuales (aquellas que no se concedan a una comunidad) estarán abiertas a unidades convivenciales de hasta 39.000 euros de ingresos anuales ponderados en el caso de los préstamos cualificados y de 25.000 euros de ingresos en el caso de las ayudas a fondo perdido (4.000 más que en la orden anterior).
También aborda de una manera específica las denominadas Zonas de Atención Preferente (ZAP), que tendrán requisitos diferenciados para que tengan mayores facilidades de acceso a las ayudas.
Con la nueva normativa, una familia de dos miembros e ingresos de 20.000 euros, que desee realizar una obra en su vivienda por valor de 5.000 euros para mejorar la estructura o la habitabilidad, podrá pasar de recibir 500 euros, con la normativa anterior, a 2.500 euros para realizar la misma actuación, del 10% al 50% del presupuesto total de la obra.
Asimismo, una comunidad de vecinos que desee realizar una obra de eficiencia energética de 150.000 euros para reducir las emisiones un 50%, pasará de recibir 45.000 euros de ayuda con la norma anterior a 65.000 con la que nueva. Si una comunidad apuesta por una rehabilitación integral, puede pasar de recibir 15.000 euros por vivienda a duplicar la ayuda hasta 30.000 euros.
TRES TIPOS DE AYUDAS
Se han establecido tres tipos de ayudas. La línea 1 de ayudas está dirigida a particulares en viviendas unifamiliares y edificios con una antigüedad mayor a los 20 años y que sean el domicilio habitual de la persona solicitante. El presupuesto mínimo es de 3.000 euros y las máximas se incrementan en función del tipo de ayuda entre 1.900 y 4.060 euros con respecto a la normativa anterior.
Para realizar las obras, habrá un año desde la concesión de las ayudas y sus cuantías se incrementarán en un 25% hasta 4.000 euros si la vivienda va a ser puesta a disposición del programa Bizigune de alquiler asequible.
La línea 2 establece las ayudas a edificios como apoyo económico para realizar obras comunitarias para elementos comunes de edificios. Pueden solicitarlas tanto las comunidades como los particulares que vivan en una vivienda cuya comunidad está realizando una rehabilitación. Se exige acometer las actuaciones que la ITE determine de grado 1, 2 y 3, obras de un mínimo de 3.000 euros por vivienda -salvo en los casos de accesibilidad- que se ejecutarán en los 18 meses posteriores a la concesión.
Por último, la línea 3, fija las ayudas a actuaciones integrales. Se trata de obras con alcance global, que abarcan de manera simultánea actuaciones de eficiencia energética, accesibilidad y seguridad en al menos un edificio residencial con más de cuatro viviendas unifamiliares y anteriores a 1980. En estas actuaciones es necesario haber realizado la ITE previamente y se incluyen ayudas para mejorar la habitabilidad exterior, ampliando o creando balcones o terrazas.
ACCESIBILIDAD
En materia de mejora de la accesibilidad, la orden incluye una nueva línea, un régimen financiero específico y una línea de subvenciones especial para cubrir la parte de la obra no financiada con la ayuda ordinaria, destinados a personas mayores de 65 años y o discapacidad, y unidades convivenciales de un máximo de 12.000 euros de ingresos anuales ponderados hasta el 100% del coste de la obra. De las 1.067.718 viviendas contabilizadas en Euskadi en 2020, el 26,9% no cuenta con ascensor.
La orden incrementa las cuantías a percibir y establece dos tipos de instrumentos financieros para costear las intervenciones: las ayudas a fondo perdido y los préstamos (las comunidades de propietarios podrán solicitar estos últimos). En su comparecencia, Arriola ha resaltado que entre 2018 y 2020 se invirtieron 90 millones de euros públicos que movilizaron 1.609,1 millones de inversiones privadas.
A los 33 millones de euros anuales de presupuesto autonómico se podrán sumar otros 97 millones de euros, distribuidos entre 2021 y 2026, previstos en los fondos europeos para reformas que mejoren la eficiencia energética de los edificios. Los fondos se empezarán a hacer efectivos con la aprobación de un real decreto ley, ya en tramitación por parte del Gobierno de España.
La inyección de fondos comunitarios supone una "verdadera oleada de rehabilitación", ha resaltado el consejero Iñaki Arriola, ya que supondrá pasar de intervenir en el 1,5% de los edificios vascos hasta ritmos del 3% anual a partir de 2023, duplicando las capacidades vascas actuales, que hoy en día ya son una referencia a nivel estatal por el impulso de Euskadi a la rehabilitación.