El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha advertido de que "existe un riesgo nada despreciable" de que se queden fondos europeos sin ejecutar, "lo que sería un fracaso de históricas dimensiones", y ha insistido en que "es momento de activar y poner en marcha" los PERTE regionales para aprovechar la capacidad técnica y administrativa de las Comunidades Autónomas, complementar a la del Gobierno español y canalizar "de un modo más fluido, rápido y cercano los fondos a sus potenciales destinatarios, en particular, a pymes".
En el pleno de control al Gobierno de la Cámara vasca, el parlamentario del PNV Markel Aranburu ha preguntado al consejero sobre la adenda del Plan de los Fondos Europeos.
Mayor agilidad
Azpiazu ha defendido que, "en este momento, para tener éxito en el uso de los fondos europeos, hay que tener altura de miras", y ha criticado que "el Estado, para gobernar esos fondos, ha establecido un modelo que es un embudo para aterrizar en la red productiva".
Según ha explicado, el Estado podrá recibir en total 163.000 millones de euros, contabilizando subvenciones a fondo perdido por 80.000 millones, y préstamos por 83.000 millones de euros.
Tras recordar que los fondos Next Generation fueron diseñados como una política europea de impulso fiscal para salir de la crisis pandémica, ha explicado que ahora han pasado su ecuador y les queda "un largo recorrido" para su completa ejecución el año 2026.
"Ya hay voces, por ejemplo esta semana misma la de Joaquín Almunia, que solicitan que este plazo se alargue dada su extrema complejidad de gestión", ha señalado.
La solución: los PERTE regionales
Tal como ha explicado "el principal escollo para que los proyectos lleguen definitivamente al tejido social y productivo se encuentra en el diseño de los Proyectos Estratégicos de Transformación, los denominados PERTE, cuya gestión está en manos de la Administración Central del Estado".
Para el consejero, "las cifras ponen encima de la mesa la magnitud del reto que queda por delante" ya que, de los 24.000 millones de subvenciones que la Administración Central tiene previsto destinar a estos proyectos estratégicos, "quedan todavía 18.000 por distribuir en sólo tres años".
"Es innegable que existe un riesgo nada despreciable de que se queden fondos sin ejecutar, lo que sería un fracaso de históricas dimensiones", ha advertido.
Por ello, el Gobierno Vasco considera que "es momento de activar y poner en marcha los PERTE regionales, que consistirían en aprovechar la capacidad técnica y administrativa de las comunidades autónomas para complementar a la Administración Central y canalizar de un modo más fluido, rápido y cercano los fondos a sus potenciales destinatarios, en particular, a las pymes".
No es "una cuestión política"
"El Gobierno vasco pondrá toda su capacidad de autogobierno, medios, experiencia y conocimiento para que la implantación de los fondos tenga el mayor impacto positivo en las personas, empresas e instituciones vascas", ha añadido.
El consejero vasco ha defendido que "no se trata de una cuestión política", sino de "aprovechar un triple dividiendo, en el que fundamentalmente ganan las empresas que lo tendrán más fácil para acceder a la financiación europea, pero también la Administración Central y las Comunidades Autónomas en la medida en que nos ayuda a cumplir nuestros objetivos, ejecutar eficazmente los fondos de transformación empresarial que Europa ha puesto a nuestra disposición".
Por ello, ha insistido en que defiende esta forma de gestión por "pragmatismo", ya que el Ejecutivo conoce el tejido productivo vasco y tiene "los canales necesarios para poder canalizar los recursos europeos para que aterricen cuanto antes".
También lo hace por "urgencia", ya que "estamos en el ecuador del plazo establecido por Europa, y sólo se ha empleado un tercio de los recursos para proyectos de transformación económica"; y por "confianza" porque la Estrategia vasca de Especialización Inteligente aprobada por Europa "coincide con los objetivos de los fondos Next Generation". "Sabemos lo que Euskadi necesita", ha concluido.