Precariedad en el empleo, carestía y escasez de vivienda, especialmente en alquiler; y rentas insuficientes. Es el cóctel que impide desde hace años a los jóvenes independizarse antes de los 30 años, edad media en la que los vascos abandonan el hogar familiar.
Ello desemboca en “trastornos” en los proyectos vitales y también en las tasas de natalidad en la CAV. Así lo subrayó ayer el secretario general de Transición Social y Agenda 2030, Jonan Fernández, que junto al consejero Bingen Zupiria, presentó ayer una estrategia hasta 2030 para paliar esta situación y favorecer la emancipación juvenil.
Así, según subrayó Fernández, el objetivo prioritario del plan es bajar la edad de emancipación de los 30,2 años actuales a los 29 en 2025 y a los 28 en 2030. Así, paulatinamente se irá bajando la edad media, que en Europa se sitúa en 26 años.
Para ello, el Gobierno vasco dará una ayuda económica para jóvenes de 25 a 29 años que hayan iniciado o estén iniciando un proceso de emancipación, aunque de momento su cuantía, duración y características están en fase de estudio y las conclusiones se conocerán antes de marzo, cuando se prevé que se apruebe definitivamente este plan.
De esa forma, se acelerará la emancipación, que con la actual edad tardía “provoca desequilibrios intergeneracionales y demográficos”, de ahí que su adelanto sea “una prioridad de primer orden”. Y es que actualmente tienen muy complicado salir del hogar familiar, dado que el pago mensual del alquiler por una vivienda libre en Euskadi se lleva el 80% del salario medio de una persona joven. Y la cuota hipotecaria mensual para la compra de una vivienda libre absorbería el 65,2%, según el último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud. No pueden alquilar y tampoco comprar ya que un veinteañero debería dedicar 3,8 veces su salario neto anual para poder sufragar la entrada a una hipoteca, tomando como referencia el precio de un piso estándar.
De esa forma, la estrategia presentada, que engloba varias medidas ya anunciadas en los últimos meses, como la subida a 300 euros de las ayudas del programa de alquiler Gaztelagun, la flexibilización de los requisitos de la RGI para personas jóvenes, el programa Trapezistak o las ayudas de 200 euros mensuales por hijo durante tres años para fomentar la natalidad, “merece mención especial la creación de un programa de ayudas económicas a la emancipación para jóvenes entre 25 y 29 años”, como apuntó Fernández.
De esa forma, según apuntó Fernández en la comparecencia de ayer, el criterio rector de la estrategia es “compactar y optimizar” políticas ya establecidas, junto a nuevas actuaciones, en un mismo marco de objetivos y líneas de intervención, y dentro de “una misma unidad de sentido”. La estrategia representa el desarrollo específico, en el ámbito de la emancipación, de la Ley de Juventud y de la Estrategia de Reto Demográfico.
Los 25, edad ideal
El nuevo documento define el grupo de edad sobre el que actuar prioritariamente, e identifica los factores asociados al retraso en la emancipación. La mayoría de las personas de Euskadi se emancipa después de los 30 años, aunque también la mayoría declara, cuando se le pregunta, que la edad ideal para independizarse se sitúa entre los 24 y 25 años. Unos jóvenes para los que la dificultad de acceso al mercado de la vivienda y la precariedad laboral son dos “obstáculos” que explican este problema.
Así, siguiendo la preferencia de los encuestados, Fernández indicó que lo deseable, “desde todo punto de vista”, sería que la emancipación se produjera más cerca de los 25 que de los 30. En consecuencia, la franja en la que intervenir principalmente se sitúa entre los 25 y 29 años, y entre quienes están cerca de poder emanciparse.
Así, en la estrategia del Gobierno vasco uno de los ejes principales es el empleo. Y es que los empleos precarios son uno de los principales factores que impiden que los jóvenes se independicen. Si en 2010 el sueldo medio de los jóvenes de entre 25 y 29 años era de 1.424 euros al mes, ahora se ha quedado en tan solo 1.297 euros; cifras que impiden a la juventud volar del nido.
De esa forma, se prevé que entre 2023 y 2024 se incentivarán, al menos, 13.500 trabajos para jóvenes, a los que se suman otros 14.000 por la incidencia de programas de empleo generales en el empleo de jóvenes. Junto a ello, se promoverá un acuerdo por el empleo juvenil en la Mesa de Diálogo Social.
Otro de los ejes es la política de vivienda. Aquí, Lakua prevé un incremento, dentro del programa Gaztelagun, de las ayudas al alquiler para jóvenes hasta los 300 euros. Además, se fija que en todas las promociones públicas de vivienda se aplique una reserva del 40% para menores de 36 años o incentivar el cohousing y el coliving.
Ayudas en vivienda
Además de la mencionada ayuda a la emancipación para jóvenes de 25 a 29 años, en 2023 se desarrollarán las bases del programa de préstamos para proyectos de emprendimiento, formación o vivienda, previsto en la Estrategia de reto demográfico.
Así, aunque estaban anunciadas ya, Jonan Fernández recordó que se llevarán a cabo también programas como Trapezistak de ayuda a jóvenes de hasta 25 años sin red de apoyo familiar, así como la anunciada reducción de la edad para acceder a la Renta de Garantía de Ingresos hasta los 18 años, siempre que se cumplan determinados requisitos.
Asimismo, se impulsará un pacto “con y por la juventud”, en colaboración con el Consejo de la Juventud de Euskadi. Fernández indicó asimismo que el adelanto de la edad media de la emancipación está vinculado a las oportunidades de las personas jóvenes, el rejuvenecimiento de la sociedad vasca y la cohesión e intrageneracional, por lo que se trata de “un objetivo de país y una prioridad de primer orden”, en la que “conviene el más amplio consenso”, zanjó Jonan Fernández.