La economía vasca lleva meses acusando la incertidumbre que atenaza a sus principales clientes industriales. Inciden en ello los empresarios y también los centros de análisis y las administraciones. Con Alemania y, en menor medida, Francia en situación de atasco económico –y político–, todo el tejido industrial vasco se resiente. Es la gran razón que ha obligado al Gobierno vasco a recalcular a la baja (del 2,1% al 2%) su previsión de crecimiento para el nuevo año. En todo caso, Euskadi presenta un crecimiento económico “estable y sostenido”, destacó el vicelehendakari y consejero de Economía y Trabajo del Ejecutivo, Mikel Torres, en una comparecencia ante los medios posterior al Consejo de Gobierno.
Con un mercado exportador que está lejos de la bonanza de años anteriores -en los diez primeros meses del año 2024 las exportaciones de la CAV registraron un descenso del 3,3% respecto al mismo periodo del año anterior-, el saldo exterior condiciona la evolución de las tasas del PIB, como reconoció ayer Torres en la presentación del Informe Trimestral de la Economía Vasca del cuarto trimestre del año pasado. Alemania, cuya industria atraviesa un parón que dura más de lo previsto y preocupa en Bruselas, ha perdido la primera posición en la tabla de receptores de las ventas vascas, que ha pasado desde hace unos meses a Francia. Pero la situación en el país galo tampoco es boyante, con nuevas dudas surgidas en torno a la capacidad de financiación del Estado francés en los mercados exteriores y una prima de riesgo que continúa al alza. En ambos países, además, la industria del automóvil flaquea de forma considerable, lo que está afectando también a la industria vasca, muy sensible a todas estas alteraciones.
“El año 2024 ha estado marcado por la ralentización del dinamismo de la industria vasca. Ha contribuido poco al crecimiento general, pero no por su falta de fortaleza, sino por el contexto actual en Europa y la debilidad de los principales clientes”, resumió. Sin embargo, como indicó el vicelehendakari, el tejido vasco está dando muestras de resiliencia y de capacidad de adaptación a los cambios. Así, además del crecimiento de Francia como destino exportador, también recobran fuerza Italia, Reino Unido y otros fuera de Europa, como México y China.
revisión Además, para valorar el momento actual del sector, Torres quiso poner en valor que “sigue creando empleo” y que la impresión de la industria es que la desaceleración europea “va a ser pasajera”. En este sentido, Torres también remarcó el crecimiento en la inversión por parte de las empresas, sobre todo en bienes de equipo, lo que revela la “confianza” en una mejora de la situación. Lo que no ha podido aportar la industria lo están haciendo los sectores de servicios y construcción, así como la propia demanda interna de la estructura económica, gracias sobre todo al consumo privado. Con estos condicionantes, el tercer trimestre del año pasado se clausuró con un crecimiento interanual del 1,8% y se espera que el balance final de 2024 refleje un aumento del 1,9%, el mismo previsto en octubre.
El dato del tercer trimestre de 2024 “se encuentra muy por encima de las tasas de variación que se han estimado para la eurozona (0,9%) y para la Unión Europea (1%)”, destaca el informe. Preguntado por el hecho de que la economía española crece más que la vasca –se espera que el PIB del Estado cierre el año con una mejora del 2,3% por el impulso extraordinario del turismo–, Torres relativizó la relevancia de esa superioridad. “La economía vasca está basada en la industria, que tiene unas bases más sólidas que los servicios. El sector industrial hace un mejor país que una economía basada en el turismo”, dijo Torres, que subrayó también que para Euskadi es “bueno” que la economía española atraviese un momento positivo, ya que constituye también un importante mercado “Lo que más nos preocupa es que se recuperen los países europeos. Todo lo que suponga estabilidad política implicará estabilidad económica. Podemos estar por encima del crecimiento del 2% en 2025 si se despejan las incertidumbres en Europa”, añadió el vicelehendakari.
En el tercer trimestre, el número de puestos de trabajo a tiempo completo aumentó en un 1,6% en tasa interanual y se estima que había casi 15.800 puestos de trabajo más que en el mismo periodo del 2023. Buena parte de estos puestos se concentró en actividades del sector servicios, también la industria y la construcción, que han aumentado en empleos netos. La información sobre el mercado de trabajo en el cuarto trimestre confirma que la generación de empleo se ha mantenido en ritmos similares a los del tercer trimestre. De esa forma, se han registrado 57.504 nuevos contratos, un 5,7% más que respecto al año anterior, de los que un 20% han tenido carácter indefinido. El empleo aumentará en Euskadi un 1,4% este año, según las previsiones del Ejecutivo, que estima que la tasa de paro se reducirá hasta el 6,9%.
Por otra parte, Torres mostró su respeto a la Iniciativa Legislativa Profesional (ILP) presentada por algunos sindicatos para lograr un Salario Mínimo Interprofesional propio en Euskadi, pero defendió que la vía para un “salario mínimo de convenio” en la comunidad es el acuerdo interprofesional porque Euskadi no tiene competencias para fijarlo. Torres señaló que la ILP es una iniciativa que está recogida en la Constitución y que respeta “profundamente”, pero que, no obstante, la vía por la que apuesta Lakua para lograr ese salario mínimo es el acuerdo interprofesional. En este sentido, recordó el “compromiso que tiene el Gobierno vasco con este proyecto” y que existe una resolución del Parlamento vasco en este sentido en la que ya están trabajando. Según apuntó, hay un “compromiso político firme” del Gobierno vasco para generar las condiciones necesarias de cara a que exista un acuerdo interprofesional entre patronal y sindicatos.