El Guggenheim obtiene 1,5 millones de superávit que invertirá en patrimonio

Pocas veces los trazos que dibuja el mundo financiero son tan claro, sin tachaduras. La recuperación postpandémica es una realidad también para la actividad museística. Al menos para la comandada por el Museo Guggenheim: 1,5 millones de euros de superávit en 2022 gracias a la excelente respuesta de la ciudadanía que, un año más, ha respondido con solvencia a las distintas y variadas colecciones artísticas que han completado el calendario expositivo. Hasta hoy lunes se había alcanzado la cifra de 1.247.599 visitantes, un 55% por encima de lo previsto para este periodo y más del doble que la cifra acumulada a esa fecha en 2021.

Ambas circunstancias históricas llegan, además, en un ejercicio especial para la pinacoteca: sus bodas de plata con Bilbao, con Bizkaia y con Euskadi. Gracias a todo ello, la venta de entradas, los ingresos procedentes de la tienda y de la librería, y los patrocinios se ha logrado ese millón y pico de ganancia que permitirá a la institución aflojar un poquito su dependencia financiera para afrontar nuevos retos y escenarios que conquistar a lo largo del cercano 2023. Así las cosas, el millón y medio de euros obtenido en buena lid este curso ya tiene destino: la compra de obras de arte. El objetivo es prosperar con ese nuevo patrimonio cultural, propuestas que sigan funcionando como reclamos para apasionados del arte o simplemente curiosos.

Algo de eso ha tenido la muestra Motion. Autos, Art, Architecture que en cinco meses ha despertado el interés de más de 750.000 personas. Ha sido el mejor verano en la historia de la pinacoteca desde su inauguración hace veinticinco años. Así ha vuelto a quedar patente hoy en las conversaciones informales mantenidas durante el transcurso de la reunión del Patronato de la Fundación del Museo Guggenheim Bilbao. Un encuentro en el que, además, se han repasado otros asuntos de actualidad estrechamente vinculados con estas instalaciones museísticas de primer nivel.

TRASCENDENCIA CULTURAL, SOCIAL Y ECONÓMICA

En este sentido, los asistentes han abordado cuestiones presentes pero sin perder de vista ese futuro más cercano que proyecta sobre Urdaibai la alargada sombra del Guggenheim. Por el momento, nada nuevo acerca de esta apuesta cultural y patrimonial salvo las ya conocidas reservas presupuestarias apalabradas por la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno de España a través de su Ministerio de Cultura.

El Patronato de la Fundación del Museo Guggenheim de Bilbao ha evitado de este modo, plantear o difundir expectativas sobre un proyecto que precisa todavía de un recorrido institucional, burocrático e incluso político por completar en fechas venideras. No obstante, el tema ha estado en la agenda de trabajo de este organismo debido a la envergadura y a la trascendencia cultural, social y económica que tendría para Bizkaia, pero también para el conjunto de la geografía vasca.

Más allá de esas consideraciones, el Patronato ha preferido el mundo de la realidad y ha aprovechado para anunciar cuál será la programación más destacada para este 2023. La figura de Picasso focalizará parte del discurso expositivo del Museo Guggenheim. Pinacotecas de referencia mundial dedicarán este próximo año un espacio y un tiempo a la obra del artista malagueño al cumplirse cincuenta años de su muerte. Y Bilbao, como A Coruña, Barcelona y Málaga son ciudades picassianas. Habrá que esperar hasta el 29 de septiembre para disfrutar de Picasso. Materia y cuerpo, una retrospectiva que pretende acercar al público la producción escultórica del maestro.

El calendario expositivo del Museo Guggenheim se abrirá mucho antes de esa fecha postveraniega. Este mismo 10 de febrero arranca una muestra sobre la etapa parisina de Joan Miró, un periodo “fundamental” en la trayectoria del pintor. En marzo llegará la gran retrospectiva del artista austríaco Oskar Kokoschka y una muestra de la obra reciente de la británica Lynette Yiadom-Boakye. A finales de junio, estrenará una muestra dedicada a la creadora japonesa Yayoi Kusama. Y el año se cerrará con la artista francesa Marine Hugonnier y una retrospectiva en torno a la artista abstracta Gego.