La sexta final copera está a un sólo paso. A 60 minutos de juego. El Helvetia quiere estar en marzo en Antequera, peleando con otros siete equipos por la Copa del Rey. Más allá de eso. Quiere ser el dueño de la plaza europea que también estará sobre la mesa. Es su ilusión.
Para ello debe antes clasificarse. Solventar con éxito la eliminatoria ante el Recoletas Atlético Valladolid, la piedra que se interpone en su camino. En el polideportivo Huerta del Rey, hace una semana, allanó el terreno. Anaitasuna venció por
33-39 al conjunto castellano, por lo que se trajo una ventaja de seis goles a Pamplona que facilitan mucho su presencia en la próxima fase final. Pero no la garantizan.
Este miércoles en La Catedral (20.00 horas), el Helvetia deberá saltar a la pista con la única idea de ganar. Sin especular lo más mínimo con esa beneficiosa ventaja. Y seguro que no lo hará, porque el equipo navarro no es dado a confiarse. En el deporte nada está escrito de antemano, son incontables las veces que lo presupuesto ha acabado por tierra. El triunfo es el único objetivo y ese es un mantra que Anaitasuna se repite constantemente de cara a afrontar este partido de vuelta de la tercera ronda copera.
Enfrente tendrá a un Valladolid que no está dispuesto a arrojar la toalla, pero que tampoco tiene en la Copa del Rey una de sus máximas prioridades. Así lo dejó caer su entrenador, David Pisonero, antes del encuentro de ida. Sin embargo, no le pondrá las cosas fáciles al Helvetia. El Valladolid es un rival tremendamente competitivo, que imprime un nivel alto de juego, una gran intensidad sobre la pista y con estas credenciales se presentará en Pamplona. Los navarros intentarán contrarrestar a su oponente sin perder un ápice de su juego. Con ese ritmo alto y dinámico que ha imprimido al equipo Quique Domínguez, basado en una fortísima defensa, una portería atinada y unas rápidas transiciones. El técnico gallego, por cierto, no estará este miércoles presente en el partido y tampoco en el del viernes de Liga en Cuenca al estar confinado con covid. La dirección del equipo la asumirá su segundo en el banquillo, el navarro Pablo Galech.
Los dos equipos llegan a esta eliminatoria copera tras perder el pasado fin de semana sus respectivos duelos ligueros. El Valladolid cayó en su casa frente al Torrelavega (26-31) y el Helvetia Anaitasuna hizo lo propio ante el Bidasoa Irun (32-35), en un partido que acabó decidiéndose por los detalles y en el que no estuvieron presentes ni Ander Izquierdo, ni Marcos Cancio ni Xabi Etxeberria.
Seis plazas en juego
La Final 8 que se jugará en Antequera (Málaga) del 25 al 27 de marzo ya tiene a dos equipos clasificados: el BM Iberoquinoa Antequera como anfitrión de la cita y el Barça como vigente campeón del título. Por lo tanto, en esta eliminatoria son 12 los equipos que aspiran a una de las seis plazas que hay en juego. Además del Helvetia y el Valladolid, conjuntos como el Bidasoa Irun, el Benidorm, el Viveros Herol Nava, el Ademar de León, el UBU San Pablo Burgos –el único de Plata–, el Puente Genil, el Cangas, el Huesca, el Sinfín y el Granollers optan a estar en Antequera.
Para los navarros sería su sexta final copera tras las dos de Pamplona en 2014 y 2016 –esta última con subcampeonato incluido–, la de León en 2017 y las de Madrid de 2018 y 2020. Aquel año, y en vísperas de la pandemia, Anaitasuna se clasificó tras eliminar, en un épico partido en Pamplona, a su rival de este miércoles precisamente: el Valladolid.
"La eliminatoria no está cerrada"
El segundo entrenador del Helvetia Anaitasuna, Pablo Galech, será el encargado de dar este miércoles las órdenes desde el banquillo al equipo. El navarro suple así la ausencia de Quique Domínguez, que el lunes dio positivo en covid-19 y se perderá los dos siguientes compromisos.
Galech asegura que ve al equipo "con muchas ganas" de cara a esta eliminatoria copera, "a pesar" de la reciente derrota liguera ante el Bidasoa Irun. "Fue un día duro, pero hay que pasar página lo antes posible. No hay tiempo para lamentarse", avisa. "Los jugadores son conscientes de que hay que pensar en lo que viene. Podemos tener un premio muy grande", añade.
El preparador navarro alerta de que el partido ante el Valladolid será "muy complicado y duro" y de que la eliminatoria, a pesar de esos seis goles de ventaja, "no está cerrada en absoluto". "Somos conscientes de que vamos a tener que hacer un partido muy serio durante los 60 minutos para certificar la clasificación que tanto queremos y ansiamos. Porque nos gustaría estar en la Final 8 de Antequera".
Una de las claves, en su opinión, estará en "intentar contrarrestar o controlar el alto ritmo que imprime el Valladolid a su juego". En este sentido, explica que el rival de este miércoles "tiene unos extremos muy buenos en las primeras oleadas que les da muchos goles. A partir de ahí, también en la segunda, en la tercera y en el saque rápido también tiene mucho éxito. Está muy bien trabajado y le saca mucho rendimiento a esa fase de juego".
Es por ello que el Helvetia Anaitasuna deberá "seguir" con su estilo y no salirse del camino. Es decir, "imprimir un ritmo alto de juego, que es lo que nos está yendo bien. Si hacemos eso, puede ser una de las claves del partido", sentencia.