Desde hace varios años, el segundo sábado de agosto se celebra en Urdazubi el Burdinaren Eguna (Día del Hierro), una jornada organizada para atraer a los turistas, pero también enfocada para los de casa, en la que el pueblo retrocede varios siglos, a la época en la que el Monasterio de San Salvador recibía el mineral de hierro, proveniente de Bizkaia, de la cuenca minera, donde extraían el preciado mineral que serviría como materia prima a las ferrerías del monasterio premostratense de San Salvador. La primera parte del viaje solía hacerse en barco hasta Donibane Lohitzune, para después transportarlo en gabarra hasta Azkain, y finalmente en una carreta tirada por bueyes se encargaba de hacer llegar el preciado mineral hasta las puertas del monasterio de la localidad de Xareta.
Cada año, el del sábado fue la 13ª edición, los urdazubiarras realizan un pequeño teatro, en el que representan la negociación entre los benaqueros y los monjes del monasterio. Como cada año, el pasado sábado, al mediodía, llegó el carro tirado por bueyes hasta la puerta del monasterio, a cuyas puertas esperaban los monjes, con el abad, representado por Javier Larralde, a la cabeza. Antes de empezar el teatro que recuerda las transacciones de siglos pasados, como es habitual, el bizkaitarra Jesús Mediavilla bailó el aurresku de honor, al son de la música de Baztango Xulubitariak.
Tras el baile, los ferrones analizaron la calidad del material, y tras una ardua negociación, el abad y los benaqueros llegaron a un acuerdo. Estos últimos recibieron monedas de oro, mientras que los monjes se quedaron con el mineral de hierro, a muy buen precio, la verdad.
La representación de este año ha sido diferente, si bien se ha recuperado, tras no poder representarla el año pasado a causa del coronavirus, aunque sí que hubo mercado y actuaciones musicales.
Este año, se ha dado otro paso hacia adelante, y además de juegos y el mercado artesanal, la concurrida teatralización de la llegada de los bueyes con el mineral y su posterior negociación se ha vuelto a celebrar. Bien es cierto que este año ha habido menos público que en anteriores ocasiones, tal vez, porque este año no se ha podido celebrar el zikiro jate que reunía a más de 200 comensales en el frontón, de todas maneras, el sábado hubo un gran ambiente en Urdazubi, y los visitantes disfrutaron de lo lindo tanto de la teatralización, como de los juegos y del mercado de artesanía, con puestos de todo tipo llegados de diferentes puntos de la geografía vasca.
Además del ajetreo mañanero, por la tarde tampoco faltó el movimiento, con un espectáculo de magia a cargo de Javi eta Anka, y concierto de Estitxu Pinatxo.