A mediodía, el alcalde, Aitor Larrinaga, procedió a precintar la plaza de San Severino. Acababa de suspenderse el concurso de putxeras al “no poder garantizar la seguridad” después de que las fuertes rachas de viento afectaran a la carpa donde se iba a servir una alubiada, y también “han caído ventanas y contraventanas”, detallaba. Sin embargo, la mayor amenaza procedía de los incendios forestales que cercaron la villa en cuatro focos entre el área limítrofe y La Herrera que, al cierre de esta edición, presentaban precisamente el mayor riesgo. De hecho, se ordenó evacuar la localidad burgalesa de Bortedo. En Balmaseda, los residentes en La Calzada pernoctaron ya en sus viviendas, al contrario que tres familias de Arbiz y Barrios y El Cornejo, tal y como confirmaron desde el Ayuntamiento.
“La cosa continúa complicada, por el antiguo parque de bomberos hay bastante humo”, describió el regidor al caer la noche. Lo sufrieron los más damnificados. Un total de 120 personas tuvieron que ser desalojadas de las que tres han tenido que pasar la noche fuera de sus casas. Además las llamas alcanzaron varias casas. En concreto, un caserío ardió por completo, el daño a un tejado de otro comprometió la estabilidad del edificio y los habitantes de un tercero lo abandonaron por precaución. El resto de vecinos que dejaron temporalmente sus casas, más de cien a lo largo del día, pudieron regresar más tranquilos.
La cercanía de las llamas y la falta de visibilidad obligaron a cortar por la tarde la BI-636 a la altura del núcleo zallarra de La Herrera en sentido Bilbao, donde en septiembre se calcinaron más de veinte hectáreas. Y es que “la situación cambia” debido a las rachas de viento que llegaron superar los cien kilómetros por hora en varias zonas de Bizkaia, advirtió el director de Emergencias y Protección Civil de la Diputación Foral de Bizkaia, Pedro Izaga. En estas circunstancias, “es fácil que lo que se apaga se vuelva a reiniciar”. El centro urbano no corrió peligro, pero “sí barrios periféricos”, por lo que se activó el Plan Especial de Emergencias por Riesgo de Incendios Forestales, que con el transcurrir de las horas se elevó de la fase cero a la uno.
Se había alertado a los efectivos , dado que “a lo largo de la madrugada el viento sopló a 150 kilómetros por hora e incluso más, con especial incidencia en Orduña” según el director de Atención en Emergencias del Gobierno vasco, Ricardo Ituarte. Así, antes del fin de semana “hicimos llegar a las diputaciones que el domingo se preveía riesgo de incendios”.
La coordinación “está funcionando bien, con un seguimiento estrecho de todas las personas” que pudieran ver comprometida su integridad y, lo más importante, “sin heridos graves”. Un camión de bomberos resultó calcinado por la voracidad de las llamas y un cambio de dirección del viento. Ayudó al personal de emergencias que el pronóstico apuntara a que “la fuerza amaine desde las 15.30 horas”.
De las incidencias producidas por el temporal en Euskadi “la más importante se encuentra aquí, con dos focos próximos a zonas habitadas de Balmaseda que los bomberos están salvaguardando y otro en un área forestal limítrofe con Castilla y León”, recapituló. Por la mañana prendieron “muchos en la zona de Burgos fronteriza, a la altura de El Berrón y en la margen derecha del río Kadagua”.
De pronto, el humo envolvió el centro de Balmaseda, que se hallaba en ebullición por el concurso de alubias en putxera. En la dotación local de Protección Civil enseguida comprendieron que la envergadura de este incendio, que se divisó incluso desde la costa vizcaina, rebasaba el que se desató el día San Severino de 2011 poniendo en jaque los bloques de viviendas de Las Pedrajas, ya en terreno de Zalla.
Simultáneos “Llegábamos a apagar en un sitio y empezaba en otro”, relató el jefe del servicio, Enrique Pastor. “Ahora no toca hablar de si han podido provocarlos”, zanjó el director de Emergencias y Protección Civil de la Diputación, Pedro Izaga.
Durante la jornada “transmitimos precaución y así lo está viviendo la gente de Balmaseda”, expresó Ricardo Ituarte. Desde el Ayuntamiento avisaron por redes sociales de que nadie acudiera al municipio. Para entonces, el tren no funcionaba por la caída de un árbol en las vías.