El independentismo ha recuperado su unidad tras los últimos reveses electorales para erigir a Josep Rull (Junts) como nuevo president del Parlament tras un pacto forjado entre el partido de Carles Puigdemont, ERC y la CUP que ha dejado sin opciones a la candidata del PSC, Sílvia Paneque, y que, de paso, refuerza la posibilidad de que el ex Jefe del Govern oposite a la investidura antes que el socialista Salvador Illa. La mesa de edad ha permitido durante el proceso que se incluyera el voto del expresident y de Lluís Puig pese a la prohibición del Tribunal Constitucional de que pudieran votar desde el exilio, lo que conducirá al PP a presentar un recurso de amparo ante el TC. Rull, que ejerció como conseller de Territorio y Sostenibilidad en el Govern de Puigdemont y que pasó más de tres años en prisión por el referéndum del 1-0, ha obtenido en segunda votación 59 votos frente a los 42 de la otra aspirante, tomando el relevo de Anna Erra al frente de la Cámara catalana. El nuevo president de la institución dispondrá de diez días hábiles para abrir consultas con los líderes parlamentarios y proponer a un candidato a la investidura del próximo presidente de la Generalitat, que deberá celebrarse como muy tarde el 25 de junio.
Entre los objetivos de Junts no estaba solo alentar la opción de investir a Puigdemont, sino de contar con presencia y proyección institucional en el supuesto de que el líder del PSC, Salvador Illa, logre al final el aval de Esquerra y acabe siendo investido más adelante, algo que a fecha de hoy se prevé complejo en tanto que hay división dentro del mundo republicano sobre la vía por la que discurrir. “¡Felicidades, Josep Rull! Una presidencia del Parlament decidida codo con codo y discreción con ERC y CUP. Un agradecimiento a las presidentas Laura Borràs y Anna Erra y la secretaria de la mesa Aurora Madaula por el trabajo nada fácil de todos estos años”, ha tuiteado de inmediato Puigdemont, que mira además al momento en que la aplicación de la amnistía sea un hecho que pueda poner en práctica. Los anticapitalistas vieron el nombre de Rull con buenos ojos por su condición de “expreso político”, mientras que ERC justificó su primer voto en blanco para “no levantar la liebre” y evitar acuerdos contra natura entre el PSC, el PP y los comunes. Además, aseguran que habían acordado con Junts que no se filtrara ningún nombre antes de la sesión constitutiva.
¿Repetición electoral? En este contexto, Illa, que ganó las elecciones con 42 escaños, tiene más números para ser investido, aunque para ello necesita no solo el apoyo de los seis diputados de los comunes, sino también de los veinte de ERC, con los que se aseguraría la mayoría absoluta. Los republicanos no cierran la puerta a investir al primer secretario del PSC, pero el precio que exigen pasa, en primer lugar, por acordar un modelo de financiación singular para Catalunya, una Hacienda propia, así como entrar de lleno en el planteamiento de un referéndum acordado. Mientras, las posibilidades de Puigdemont necesitan de una carambola consistente en recabar el aval de todo el independentismo y, además, la abstención de los socialistas, un escenario que parece improbable, por lo que en Junts ya especulan con una posible repetición electoral en octubre.
“Esta constitución del Parlament representa que la esperanza es más poderosa que el miedo”, ha destacado Rull evocando su tiempo en prisión. “Toca trabajar por una prosperidad compartida y una nación que conserve las raíces, integre a los recién llegados y que haga de la lengua un elemento de cohesión”, ha aseverado, incidiendo en que en la Cámara “se debe poder hablar de todo y hacer política sin presiones”. A su juicio, es “anómalo” que los jueces decidan quién puede presentarse a las elecciones o que cesen cargos políticos. Raquel Sans (ERC) fue elegida vicepresidenta primera del Parlament y David Pérez (PSC), vicepresidente segundo.