¿NO se puede correr? Pues vaya mierda", le dicen a Alfonso Arrola, coordinador de la Euskal Selekzioa, sus amigos cuando les cuenta en qué consiste el walking football. Un nuevo deporte que nació hace una década en Inglaterra y que, a pesar de llevar tan solo tres años en Euskadi, se trata ya de una modalidad emergente. Porque su dinámica está basada en el fútbol convencional, pero sus reglas son diferentes con el objetivo de, como el propio Arrola indica, "proteger la integridad de los que los practican". Y es que el walking football está destinado a personas de más de 50 años que saben que su cuerpo no aguantaría un partido corriente pero que, sin embargo, no quieren prescindir del deporte que tanto les gusta. "Las reglas son sencillas: no se puede correr, puedes andar muy deprisa pero siempre tienes que tener un pie en contacto con el suelo; no se puede jugar el balón por encima de la cabeza, ni jugarlo con la cabeza y las entadas deben de ser frontales y sin riesgo físico", dice Arrola.
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