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Vida y estilo

“El intrusismo prolifera en la medicina estética”

“La medicina estética es considerada por muchos profesionales sanitarios como una manera sencilla de ganar dinero. Además, las redes y la televisión la han banalizado”, sostiene la doctora Margarita Esteban, al tiempo que denuncia el galopante intrusismo
Margarita Esteban Herrero es licenciada en Medicina y Cirugía general, y Máster en Medicina Estética.
Margarita Esteban Herrero es licenciada en Medicina y Cirugía general, y Máster en Medicina Estética. / Cedida

“Hoy en día parece que ir a hacerse una corrección es ir a un carnaval, cuando realmente la medicina estética debe ser una medicina seria y de calidad”, reivindica la doctora Margarita Esteban, directora de la Clínica ME, con sede en Bilbao, Vitoria y Pamplona. Con más de 30 años de experiencia dedicada exclusivamente a esta área de la medicina aboga porque solo la practiquen los médicos estéticos acreditados por Sanidad.

QUIÉN ES

Margarita Esteban Herrero es licenciada en Medicina y Cirugía general por la Universidad del País Vasco y Máster en Medicina Estética por la Escuela Española de Medicina Estética. Tiene un postgrado de Bases científicas en medicina y cirugía cosmética por la Universidad Autónoma de Barcelona y otro de Medicina del envejecimiento por la Universidad Autónoma de Barcelona. Asimismo, es Máster en calidad de vida y cuidados médico-estéticos del paciente oncológico de la Universidad Alcalá de Henares y Máster en tricología y microinjerto capilar. Es directora de Clínica ME con sedes en Bilbao, Vitoria y Pamplona y con consulta también en Madrid. Además, preside GEMEON-Grupo Expertos Medicina Estética Oncológica.

La medicina estética es un área fundamental en nuestra salud. Entonces, ¿por qué con tanta frecuencia se mira como algo meramente banal?

La definición de salud que nos da la OMS es “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La medicina estética nació después de la Segunda Guerra Mundial para dar respuesta a todas aquellas personas que sufrieron heridas y a las que hubo que recomponer su imagen. Si esto fue importante en su momento, podemos figurarnos hoy, con todos los problemas de autoestima y de imagen personal que tenemos. Desgraciadamente ha sido banalizada debido a la poca seriedad que muestra la sociedad hacia este tema.

¿La estética de nuestra piel y apariencia también es salud física y mental? ¿Quizá porque una estética agradable estimule nuestra autoestima y viceversa la aparicencia antiestética?

Vivimos en una sociedad en la que la imagen es fundamental, no solo por las redes sociales que, por supuesto, tienen mucha culpa; también porque los estereotipos han cambiado y en esto tiene mucha responsabilidad la televisión, que ha banalizado este tipo de medicina y se ha dado a entender que hoy todo el mundo tiene que hacerse algo para estar bien. Una apariencia estética agradable puede contribuir a una mayor autoestima y cuando una persona se siente bien con su apariencia puede mejorar su confianza y la percepción de sí misma.

Por otro lado, si alguien no se siente cómodo con su apariencia, experimentará inseguridad, lo que puede afectar negativamente a su bienestar emocional y mental. Además, también puede influir en cómo nos perciben los demás y en nuestras interacciones sociales. Un aspecto cuidado genera una percepción positiva en el entorno, facilita las relaciones sociales y reduce la ansiedad social. Por el contrario, una apariencia que la persona o su entorno percibe como poco atractiva puede generar inseguridad, aislamiento o problemas en las relaciones. Tampoco podemos olvidar la relación con la salud física, ya que con frecuencia está relacionada con hábitos saludables, como una buena alimentación, ejercicio regular y el manejo del estrés. Los pacientes con cáncer, por ejemplo, demandan este tipo de medicina para no ser estigmatizados como enfermos.

¿Quienes acuden más a su consulta?

La verdad es que acuden mujeres de todas la edades y cada vez más hombres. Sí es cierto que la edad mediana es la más numerosa. Son mujeres que saben lo que quieren y que se guían menos por el tema de las redes y más por su propia percepción y necesidad. En cuanto a los hombres, el tema capilar es el rey y los tengo de todas las edades. Desde el que viene con su madre y tiene 18 años hasta el de media edad o mayor con alopecia avanzada.

¿Cuál suele ser la razón que le dan para solicitar su actuación?

Siempre que alguien desea hacerse algo de estética, es fundamental saber el porqué. La gente no lo sabe, pero igual que en todas las consultas médicas, la historia clínica es fundamental a la hora de llevar a cabo un procedimiento estético. Hay que conocer las enfermedades que ha tenido esa persona, las alergias, intervenciones quirúrgicas… y por supuesto qué es lo que buscan al hacerse ese tratamiento.

¿Cuáles son los cambios y actuaciones que más le demandan?

En mi clínica hacemos todo tipo de tratamientos médico estéticos. Es curioso que las consultas muchas veces varían según la estación; así, en verano se piden muchos tratamientos corporales y en invierno más faciales. De todas maneras, seguramente por el carácter que tenemos aquí, en general no se piden grandes cambios y, por supuesto, que llamen poco la atención. Yo siempre cuento en broma lo que me piden: “Doctora, póngame labio, pero que no se me note”.

Veo tanta oferta de esteticien, de tratamientos faciales, de dermoestética… que me pregunto si hay tanto médico estético o prolifera el intrusismo.

El que haya tanto médico estético y que prolifere el intrusismo creo que se debe a dos motivos: uno, mucha gente piensa que no es medicina seria, con lo que muchas personas, de distintas profesiones, piensan que es fácil, que no da problemas, y se lanzan a hacerlo; el otro motivo es el dinero, porque mucha gente cree que haciendo medicina estética se gana mucho dinero. Hoy en día existe una especie de guerra de guerrillas entre esteticistas, enfermeras, odontólogos y los médicos que realizan estética. Cada grupo esgrime un porqué ellos pueden dedicarse a este tratamiento, con lo que yo estaría de acuerdo si no utilizaran el término medicina estética. Podrían hacer enfermería estética, odontología estética... y delimitar cada uno su campo. Una disciplina que como su propio nombre indica, medicina estética, solo puede realizarla un médico. De hecho, todas las personas que tenemos en la consulta el epígrafe U.48 somos médicos estéticos acreditados y que tenemos la capacitación necesaria para su práctica otorgada por sanidad.

Un curso de unos meses no puede ni con mucho equipararse al conocimiento de un/a médico especialista. ¿Por qué no se controla y ataja?

Volvemos a la banalización de la medicina estética. Es considerada por muchos como una manera sencilla de ganar dinero, y en este contexto no solo están enfermeras u odontólogos, también meto a médicos de distintas especialidades, que quemados con la sanidad publica se adentran en este mundo con esta idea de ganar dinero. El problema radica en que no es una especialidad como tal, ya que no está contemplada dentro del sistema sanitario nacional, con lo que en principio todos los médicos con su título homologado pueden ejercerla. Ya hay Comunidades en las que para ejercer como médico estético y tener el epígrafe U.48 han de presentar un titulo de Máster en la consejería de Sanidad que corresponde. Los colegios de médicos ya han comenzado a interesarse por este tema cuando los médicos hemos denunciado a enfermeras, esteticistas y demás.

En los medios, y sobre todo en las redes, la exposición y oferta de estética dérmica es abundantísima, ¿es posible contrarrestarla?

En el País Vasco tenemos una legislación muy clara en cuanto a la publicidad; si un médico quiere poner un anuncio en un medio de comunicación debe notificarlo a sanidad y esta debe dar el visto nuevo; es el Registro de Publicidad Sanitaria. Pero en el ámbito de las redes sociales, en cambio, a no ser que haya una denuncia interpuesta por alguien en la propia red, no hay control. Hay tantas redes y tantos usuarios que controlar este mundo es imposible. Una manera de contrarrestarla es educando a los usuarios de las redes para que no se crean las milongas que les cuentan y que diferencien entre lo medicina real y lo que es pura venta.

Una liposucción, un cambio en el pecho, un retoque... Si se acude a quien no es especialista, ¿qué riesgos se corren?

Todo tratamiento en medicina estética tiene un riesgo, pero si además la persona que lo aplica no sabe la anatomía exacta de la zona en la que está trabajando, no conoce las características físicas y orgánicas ni el nivel inmunitario del producto que está inyectando, y desconoce los posibles efectos secundarios que puede producir, el paciente está corriendo un riesgo más allá de lo razonable y permisible. Además, la persona que hace este tipo de tratamientos debe ser capaz de atajar y solventar todos los efectos indeseables que pueden conllevar estos tratamientos. Es cierto que muchos de esos daños secundarios suelen ser reparables si el profesional elegido está preparado para subsanarlos.

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Las más jóvenes suelen ser quienes más se dejan seducir por la propaganda sin escrúpulos, ¿qué les recomendaría antes de someterse a algún tipo de intervención?

Es importante preguntarles por qué desean realizar la intervención. La intervención estética debe ser una decisión personal y no influenciada por las expectativas ajenas. Informarles sobre la intervención en sí, los posibles riesgos, las complicaciones y los resultados esperados. Es crucial tener expectativas realistas y entender que no todas las intervenciones garantizan los resultados deseados. Siempre deben ir a un profesional calificado y certificado como U.48. Un buen cirujano o especialista no solo realizará la intervención, sino que también asesorará sobre si es realmente necesaria o si existen otras alternativas. Además, no todas las intervenciones estéticas son reversibles y algunas pueden requerir mantenimientos o correcciones futuras. Es importante considerar cómo afectará esta decisión no solo a corto plazo, sino a largo plazo, tanto física como emocionalmente. Una recomendación muy importante es que la salud debe ser siempre la prioridad y que tengan en cuenta que la belleza externa no debe comprometer el bienestar físico, la salud global siempre debe ser lo primero.

2024-09-26T11:07:04+02:00
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