La búsqueda de sonidos novedosos, o más bien la búsqueda de formas para producir sonidos novedosos, ha sido el estímulo que ha empujado a Tunipanea a la creación de más de 200 instrumentos como resultado de un proceso de investigación que lleva años desarrollando. Jonathan García Lana, artista sonoro tras el seudónimo Tunipanea, se mueve en el área de lo que podría denominarse luthería experimental, pero siempre yendo un paso más allá mezclarla con la práctica artística más contemporánea. A través de El íntimo ritmo del azar: diálogos entre máquinas perfectas, Tunipanea mostrará parte de su proceso de trabajo en Azkuna Zentroa, donde instalará su taller del 26 de septiembre al 20 de noviembre. El artista, que forma parte del programa Babestu, desarrollará diferentes piezas para componer una exposición.
INSTALACIONES INTERACTIVAS
“En este proceso voy a desarrollar una serie de ideas y piezas expositivas que tienen que ver con instalaciones sonoras mecánicas y autónomas que trabajan con el concepto del azar”, relata Jonathan García, quien habitualmente trabaja desde su taller de la calle bilbaina Cortes. Dentro de Babestu, su proyecto fue seleccionado con el objetivo de proponer una serie de dinámicas en torno a una idea que ya había germinado. “Se trata de llevar a cabo un proceso lo más abierto posible para poder invitar al público a participar de una forma cercana”, expone el creador, quien añade que no se trata de una exposición a la que llevará instrumentos previamente creados para mostrarlos. Durante los dos meses que estará en el centro bilbaino, terminará de perfilar algunos de los instrumentos que ha ido prototipando con la intención de ponerlos en relación con el espacio en el que estará, Lab 2. Lantegia.
“La mayoría de las instalaciones son interactivas, se pueden activar en el momento que la persona que esté en el espacio desee ver una u otra. Esa es una parte importante, una cuestión de higiene sonora, que no estén ocurriendo dos cosas a la vez”, concreta Tunipanea sobre las opciones que tendrán los visitantes para interactuar con sus obras. En el marco de Azkuna Zentroa, está previsto, además, que se organicen diferentes actividades. Durante la jornada de puertas abiertas a la creación artística, que tendrá lugar el 6 de octubre, el artista abrirá al público su proyecto con el objetivo de generar contexto con la idea de integrar otras dinámicas y agentes interesados. “Estoy invitando a gente externa a que participe. Habrá una variable nueva que no está controlada: el público”, afirma.
INSTRUMENTOS COMPLEJOS
Jonathan García asevera que el suyo no es un proceso lineal. “Muchos instrumentos son el resultado de un universo de investigaciones pequeñas. A veces se pueden reconocer piezas o parte de instrumentos más tradicionales con ideas quizás más contemporáneas que mezclan nuevas tecnologías y otros conceptos del mundo del arte”, expone Tunipanea, quien a lo largo de doce años ha creado instrumentos complejos con los recursos que tenía entre manos. Por su formación en Bellas Artes, Jonathan García reconoce que, por un lado, manifiesta una vertiente artesana, al estar interesado en técnicas tradicionales procedentes de todo el mundo, y que, por otro, posee bebe del arte más contemporáneo, centrado en romper límites y posibilidades en la música.
En la práctica, los elementos que emplea son diversos. “Al principio de mi carrera empecé a utilizar material encontrado. Siempre me ha gustado tomar no solo ideas, sino materiales de objetos antiguos, como muebles o quizás un piano desmontado”, expresa el artista antes de añadir que ese proceso de transformación a una idea moderna, a menudo, le obliga a utilizar nuevas tecnologías. “Utilizo impresión 3D con corte láser, tecnologías muy contemporáneas. La estética también la da el proceso, en el que estoy buscando un resultado más bien práctico”, señala Tunipanea, que hasta ahora ha creado más de 200 instrumentos con el objetivo de buscar nuevos sonidos y nuevas formas de hacer música, así como de interpretarla.
De hecho, el artista sonoro reconoce que su almacenamiento comienza a ser un problema. “Estoy buscando la forma de expandirme”, revela, antes de afirmar que sus creaciones no están en venta. Sin embargo, ocasionalmente realiza encargos. “Me piden instrumentos con ciertas características que a lo mejor salen de otras ideas que he hecho anteriormente. Hago encargos para contextos de artes escénicas o para otros músicos”, expone Tunipanea, quien agrega que a nivel local tiene bastantes contactos. En ese sentido, indica que Joseba Irazoki es uno de los músicos que le ha solicitado un encargo. También ha trabajado con Gheada, un estudio audiovisual de Bilbao para el que realizó una serie de instrumentos que fueron utilizados en un concierto de Ainara LeGardon.